La libertad de expresión implica poder comunicarse y expresarse libremente sin miedo a represalias o censura. Es un derecho fundamental para vivir en democracia; pero la libertad de expresión también tiene unos límites, como decir cosas muy ofensivas o que pueden causar daño a otros individuos o colectivos.

Nuestro código penal recoge los delitos relacionados con la libertad de expresión, es decir, aquellas situaciones en las que decir lo que se piensa puede acarrear multas o condenas de prisión. A lo largo del tiempo se han hecho leyes que han modificado y endurecido los delitos de libertad de expresión.

La última fue la Ley de Seguridad Ciudadana, también conocida como "ley mordaza", que organizaciones como Amnistía Internacional han calificado de "amenaza" para la libertad de expresión en España. Desde su aprobación en el 2015 se han sucedido las polémicas sobre posibles delitos de libertad de expresión cometidos por activistas, humoristas y artistas de distintas disciplinas.

La detención del rapero Pablo Hasél hace un par de semanas ha reavivado el debate sobre los límites de la libertad de expresión en nuestro país. Hásel ha sido condenado a nueve meses de cárcel por un delito de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la corona por cosas que dice en sus canciones.

Posible reforma del código penal

Aunque muchas personas no comparten las palabras del rapero, tampoco ven justo que vaya a la cárcel por ello. Su detención ha desatado una ola de indignación por todo el país y, ante el revuelo generado, el gobierno ha anunciado una reforma del código penal para suavizar o derogar algunos delitos de la libertad de expresión.

El rapero Pablo Hásel, en una charla en Zaragoza sobre la libertad de expresión. FOTO: EL PERIÓDICO

El sociólogo Diego Gastón es uno de los que ve necesaria esta reforma, no solo por el caso de Pablo Hasél sino para adaptar los delitos de libertad de expresión a los tiempos actuales. «Una pena de enaltecimiento del terrorismo me cuesta entenderla como ciudadano. En cambio, habría que regular y tendría que haber más sanciones a lo que se publica en redes sociales, sobre todo discursos racistas, de odio o xenófobos que apelan a la violencia y representan un peligro más real», comenta este profesor de la Universidad de Zaragoza.

El delito de enaltecimiento del terrorismo hace referencia a la defensa o apología de las organizaciones terroristas y de sus actividades. Es un delito que no existe en otros lugares de Europa y que en España entró en vigor con la Ley Antiterrorista del año 2000, y sigue vigente aunque ETA dejó de matar definitivamente en el 2011.

Terrorismo y monarquía: un cambio generacional

Para Diego Gastón, las protestas que se han visto estos días en las calles se deben precisamente a un cambio generacional. «Son gente muy joven que no ha vivido el terrorismo, que les suena a otra época y que lo identifican con el terrorismo islamista», indica el sociólogo, que añade que «son temas que son muy sensibles en nuestra generación pero no en la de ellos».

Y lo mismo ocurre con la monarquía, apunta Gastón, a lo que se suma el «malestar» por los casos de corrupción que han salpicado a la familia real en los últimos tiempos. Esto hace que el delito de injurias a la corona, que sí existe en otros países con monarquía, se perciba también «como una prohibición de ser críticos» con el rey y su familia, según el sociólogo.

Todo ello ha derivado en manifestaciones por la libertad de Hasél que, más allá de la detención del rapero, se han convertido en una «bandera de expresión del hastío de la gente joven», asegura Gastón, en el caso de Cataluña vinculado además al independentismo. La pandemia y la falta de expectativas de futuro también han influido en las movilizaciones, que «se han descontrolado» por el uso de la violencia y el vandalismo de una «minoría».

Un grupo de manifestantes golpean y arrojan objetos a un furgón policial en las protestas en Barcelona por la libertad de Hasel. FOTO: EL PERIÓDICO

Los límites de la libertad de expresión, de las redes al Congreso

Con todo, el sociólogo apoya la reforma del código penal en cuanto a los delitos de libertad de expresión planteada por el gobierno, aunque cree que se debería hacer con tranquilidad y no al calor de las protestas.

Gastón asegura que hoy en día los límites de la libertad de expresión se rozan continuamente. «Uno de los problemas de la comunicación en redes sociales es que cualquier persona se puede expresar y compartir sus ideas libremente, pero muchas veces con pocos filtros, lo que da lugar a información poco contrastada, falsa y perjudicial para otras personas», afirma.

Además, indica, estos límites a la libertad de expresión valen tanto para los ciudadanos como para la clase política, que también los supera con frecuencia, lo que «alienta» a los ciudadanos a hacer lo mismo. «En muchos discursos en el Congreso o en los debates electorales se dicen cosas que rozan lo que debería estar permitido en un estado de derecho», asegura el profesor universitario.

Y tú, ¿estás de acuerdo con la detención de Pablo Hásel? ¿Deberían reformarse los delitos de libertad de expresión? Déjanos tus comentarios al pie de esta noticia.