Un animal no es un regalo. No compres, adopta. Este es el lema de una de las muchas campañas que se han realizado en los últimos años para favorecer la adopción de animales domésticos en vez de comprarlos, y para que quienes desean hacerse con una mascota tengan en cuenta que se trata de seres vivos con necesidades y sentimientos, más allá del impulso que puede llevar a adquirirlos como un obsequio durante fechas señaladas como la Navidad.

Aunque en muchos casos las personas que deciden tener un animal prefieren comprarlo, cada vez más personas se acercan a los refugios de animales para dar una segunda oportunidad a perros y gatos. Sin embargo, la Navidad no parece ser un buen momento para hacerlo, ya que se trata de una época dominada por el consumismo y donde los animales dejan de ser animales para convertirse en meros regalos.

En muchos casos, regalar una mascota en Navidad responde más a un capricho de última hora o a una idea con la que hacer feliz a un niño. Sin embargo, muchas de las personas que toman esta decisión no piensan en sus consecuencias: durante los primeros días, coincidiendo con las vacaciones, es un juguete para toda la familia. Pero cuando hay que volver a la rutina, surgen los problemas.

De este modo, las mascotas se convierten en regalos de ida y vuelta y el abandono se acentúa una vez pasadas las fiestas. De hecho, en países como Alemania no está permitido adoptar ningún animal durante las navidades. Se pretende así evitar que la gente adopte sin reflexión y que muchos perros sean devueltos a los refugios tras las vacaciones.

«En estas fechas la gente adopta animales de forma impulsiva, no es una decisión meditada, en la mayoría de ocasiones no se tiene en cuenta que ese animal va a crecer y va a necesitar unos cuidados», explica María Jesús Ramírez, veterinaria del Centro Municipal de Protección Animal (CMPA) de Zaragoza.

Ramírez confirma que durante las fiestas navideñas han acudido muchas más personas al centro interesadas en adoptar: «Hay un aumento muy significativo de gente que quiere regalar una mascota por Navidad». Y aunque esto no es un impedimento, «sí que pedimos por favor que sea una decisión meditada, les hacemos una encuesta para ver que tienen la intención de hacerse cargo de ellos», cuenta.

En España no existe ninguna restricción para adoptar animales durante la Navidad. De hecho, el único requisito para hacerlo es ser mayor de 18 años y, en el caso de ser animales potencialmente peligrosos, contar con una licencia y un seguro.

Según la trabajadora del CMPA, existe una relación directa entre la Navidad y el abandono animal pero en nuestro país este no se produce justo al terminar las fiestas sino que tarda unos meses. Es en verano cuando muchas de las mascotas que han sido adoptadas en Navidad empiezan a ser una molestia para las familias. «Los cachorros que se adoptaron en Navidad han crecido, empiezan a romper cosas y a hacerse pis y caca en casa. Necesitan vacunas, unos cuidados y, en ocasiones, contratar los servicios de un adiestrador», explica.

Con el buen tiempo y las vacaciones, los animales necesitan salir más, y a la hora de irse de viaje, bien hay que buscar destinos donde acepten mascotas o recurrir a una guardería especializada, lo que termina con la típica imagen de perros y gatos abandonados en los arcenes de las carreteras o en gasolineras.

Para evitar que esto suceda, desde el CMPA recomiendan no adoptar un animal de manera impulsiva ni dejarse llevar por el que pueda parecer estéticamente más bonito, sino por el que mejor se adapte a la persona, a su estilo de vida, al tipo de vivienda o el tiempo que se pasa en ella, entre otros factores.

En ello coincide Mapi Mateo, responsable de Tiendanimal, un establecimiento especializado en venta de artículos para mascotas con presencia en Puerto Venecia y GranCasa, que cuenta además con centro de recogida de animales.

Según Mateo, el interés de las personas por adoptar una mascota se incrementa a final de año. Es por ello que en su tienda se extrema el protocolo de adopción durante esta época. La alarma salta cuando se escucha la palabra ‘regalo’ o ‘mi niño quiere una mascota’.

«En España la época de abandono máxima es el verano y viene derivada de la compra masiva y adopción irresponsable que se produce durante la Navidad», afirma Mateo. Aparte de la moda o el capricho, otro motivo para deshacerse de estas mascotas es económico. «Las urgencias veterinarias o las vacunas cuestan mucho dinero», comenta la encargada.

Mateo aboga por una «adopción responsable» en la que la persona conozca toda la información sobre el animal que se va a llevar a casa y donde se busque el más adecuado para cada dueño. «Hay personas que vienen porque quieren adoptar un conejo y no saben que pueden llegar a vivir hasta 10 o 12 años», afirma. Igualmente, dice, «no es buena idea adoptar un cachorro para una persona mayor».