Ruido de control husmeando en tu vida,

ruido de cerillas intentando avivar la llama que no aviva.

Ruido de sonidos que por miedo no quieres que callen,

ruido de suspiros que no hay quien los pare.

Ella: hija del infinitivo amar.

Él; capullo sin pétalos,

se tatuó la contradicción

para crearle la adicción

de veneno y cura.

Ella… va conociendo el sentido de la palabra amargura.

Adicta a la droga que la va matando,

no la consume pero quiere a quien le hace daño.

Tuvieron alergia de polen las amapolas,

que se quejaron porque amaneció temprano la primavera.

Sus ojos seguían sin verse en flor

y jugaba con sus pestañas para ver si la quería o no la quería.

Rompió a llorar

y los párpados se le hicieron de sal.