La poesía, los libros, la lectura, intercomunicarse, compartir pasiones, teatralizar, regar momentos con músicas posibles... forman o han de formar parte de nuestras vidas. A veces necesitamos pretextos para llevar a cabo una actividad de estas; que nos permita congelar el tiempo, aparcar la rutina y romper monotonías en clase. Era una apuesta arriesgada; pero forma parte de la filosofía práctica del Departamento de Lengua y Literatura: llevar a la vida versos, prosas y pausas.

Con motivo del 23 de abril -Día del libro- recogimos el guante lanzado por los profesores y los alumnos de la ESO nos lanzamos, en torno a esa fecha, a preparar y ejecutar la lectura en público de poemas propios y ajenos. Leer juntos y revueltos: así se vino a llamar la primera experiencia con este formato, en el que tendrían cabida presentaciones de lecturas (como Rebelión en la granja o Las mil y una noches), además de miniconciertos de violín y piano, con los que se abrían y cerraban los actos celebrados en la biblioteca de centro. La semana, en plena irrupción de la primavera, fue luminosa y había sido previamente motivada por sesiones compartidas en clase, carteles con valiosos fragmentos literarios que se distribuían por las instalaciones del instituto e, incluso, vestimos las escaleras con hermosos versos de grandes autores, entre los que se abrió hueco Fernando Andú, profesor en prácticas del centro, poeta aragonés y promotor de proyectos como uno de composiciones poéticas al estilo japonés, plasmadas en artesanales pliegues para su difusión.

La organización permitió que grupos de 4º coincidieran con alguno de 1º, en un totum revolutum maravilloso en el que el desorden sólo fue aparente, ya que se trataba de mezclarnos para admirar a grandes y chicos; escuchar y celebrar sentimientos que eran esparcidos y acogidos con respeto y emoción. Al respecto resultan inolvidables algunas odas compuestas por alumnos, agradeciendo el milagro de la vida; penas de amor no exentas de esperanza, y también las de autores modernos o de otras épocas, incluso medievales, que cantaban milagros, homenajeaban clásicos precedentes, o recogían con sabiduría y estilo los universales de la pasión amorosa. Desfilaron por el improvisado escenario chicos que hacían suya la letra de una canción de Beret, unos versos de Lord Byron, unas citas de Lytos, unos cantos de Neruda, e incluso se proyectaron versos del mediático César Brando, de Got Talent, que emocionó a todos casi tanto como a Marcos López, alumno de 1º D.

A los hermanos Aranda, Javier y Ángela, les gustaron los que iban cargados de humor «como la sátira leida por nuestro compañero Pablo», dice el primero, «y yo me puse a mil por hora al recitar con mis compañeras el poema del olmo viejo de Antonio Machado», remata la segunda. «Estuve a punto de echarme atrás», añade su compañera Virginia Galtier.

Para algunos lectores su participación había sido un reto. «Cuando terminamos -confiesa Lucía Gracia- mis amigas dijeron que lo habíamos hecho genial, ¡resulta que no lo habíamos hecho mal! Eran mis nervios... fue una experiencia increíble». «Nos sirvió para conocer más los gustos de nuestros compañeros, y algún que otro talento oculto», reflexiona Lucía Cuenca.

Así pues, los asistentes valoran positivamente la experiencia. Inés Larriba, de 1ª E cuenta como «una chica de segundo que nos interpretó la eurotelevisiva Tú canción de Amaia y Alfred con el piano, demostró que tiene un don»; (se refería, precisamente, a otra Inés: Inés Moreno, que había compartido repertorio también con Mariela Terrer, capaz de sorprender con su música y embriagar con sus poemas propios).

Para cerrar la jornada, se llevó a cabo la entrega de premios literarios a los mejores poemas y relatos, según las categorías establecidas por el departamento de Lengua y Literatura: originales creadores recogieron sus reconocimientos entre sonrisas y palmadas de satisfacción. No hubo lugar para el plagio y sí para la imaginación y la riqueza expresiva. Enhorabuena a todos.