Marta, Sergio y yo (Diego) tuvimos la oportunidad de participar el pasado mes de marzo en el proyecto Erasmus+ Smart: Science Meets Art del que forma parte el IES La Azucarera junto con centros de Grecia, Holanda, Finlandia, República Checa, Islandia e Italia. El tema principal es la ciencia, el arte y la relación que existe entre ellos, y el idioma de trabajo común es el inglés.

En marzo nos reunimos en Palermo (Italia). Allí fuimos acogidos por alumnos italianos del Istituto Magistrale Camillo Finocchiaro Aprile. Las familias y nuestras twins o correspondientes eran muy simpáticas y como sus costumbres y horarios eran muy parecidos a los nuestros, no fue difícil adaptarse. Desde el primer día nos trataron como a uno más de la familia e hicieron que nuestra estancia fuera muy agradable.

Durante la semana pudimos visitar lugares emblemáticos de Palermo y alrededores, como el Teatro Massimo o la Academia de Arte. Todas estas visitas eran explicadas a la perfección por profesores y alumnos italianos. En el instituto hicimos talleres artísticos, pero también otros relacionados con ciencia y tecnología, donde utilizamos gafas de realidad virtual y fractales.

Fue una gran experiencia que recomiendo y volvería a repetir, pues tener esta oportunidad de viajar al extranjero y conocer a gente de otros países con diferentes culturas y costumbres muy diferentes a las tuyas, no se da todos los días. Además sirve para mejorar tu inglés y expresarte con gente con las que acabas teniendo buena relación. Por todo lo que os he contado hay que estar agradecido, fue una experiencia inolvidable.

Y cuando nuestros compañeros «sicilianos» regresaron, nosotras (María y Julia) junto con Andrés fuimos a Reykjavík, en Islandia, y estuvimos viviendo con una familia nativa una semana en abril. En esos días, nuestra escuela anfitriona, la Holabrekkuskoli, organizó diversas actividades relacionadas con el arte y la naturaleza a través de talleres grupales con alumnos de todos los países. Por ejemplo, convertimos materiales reciclados en obras de arte, desde animales hechos a partir de botellas de plástico hasta joyería con piedras volcánicas y piñas.

Si por algo es impresionante Islandia es por su medio natural: pudimos observar los asombrosos geiseres, cuya erupción presenciamos varias veces, impresionantes cascadas como Gullfoss y las aguas termales y fumarolas de Haujadalslaug Hot Spot (cuya temperatura oscila entre 80 y 100º C). Allí no pudimos bañarnos, sí lo hicimos en las aguas termales de Mosfellsbaer, que estaban a una media de 40º.

Sin duda, lo mejor de este viaje han sido los amigos que hemos hecho. A través de las actividades y tiempo que pasamos juntos fue fácil hacer buenas migas con la gente de otros países. Gracias a esto aprendimos juegos y costumbres de otras culturas además de la islandesa, y también compartimos tradiciones españolas, como jugar al parchís y al dominó.

Echaremos de menos a la gente que hemos conocido, aunque nuestra experiencia aún no ha terminado pues próximamente nuestros compañeros islandeses vendrán a Zaragoza y podremos enseñarles nuestra ciudad como ellos hicieron con nosotros. ¡Ojalá todas las semanas fueran como esa!