Esta es la historia de Lucas, un señor que no podía hacer nada sin su móvil.

Al despertarse tenía que buscar el desayuno en internet; si no, no sabía qué desayunar. Para ir al trabajo tenía que coger el google maps para poder llegar, si no se perdía por las calles. Si tenía que hacer alguna cuenta siempre utilizaba el móvil para la calculadora o para buscar cualquier tipo de información. Para regresar a su casa a comer también utilizaba el móvil porque si no nunca sabía dónde estaba. Todas las comidas que hacía a lo largo del día las tenía que buscar. Para ir al gimnasio o cualquier cosa que tenía a lo largo de todos los días, se ponía alarmas para que le avisaran y pudiera ir. En resumen, siempre llevaba el móvil en su bolsillo para cualquier cosa, hasta para dormir.

Se compró el mejor móvil que había en el mercado para que le durara la batería y el mejor cargador para que nunca se le rompiera. Se hizo su casa domótica para hacer todo con el móvil: abría su casa con el móvil, cerraba su casa con el móvil, bajaba las persianas, encendía la tele, etc. La ropa y todo lo que necesitaba lo compraba por internet a través de su móvil y también al ir a los supermercados pagaba con el móvil.

Todo esto lo hacía a través de aplicaciones que se podían instalar. Cuando veía que se le estaba acabando la batería lo ponía a cargar enseguida y si estaba fuera de su casa se ponía el google maps para ir a su casa corriendo y ponerlo a cargar. Un día su mujer le dejó un encargo para ir a comprar huevos, leche, galletas y Cola Cao. Él salió de su casa con el móvil y cuando ya iba por la mitad del camino le quedaba una raya de batería y aún tenía que llegar, pagar y comprar.

Se puso super nervioso porque tenía que buscar una tienda, llegar a ella, elegir un cargador y comprarlo pero no sabía si la batería aguantaría. Llegó a la tienda Game con un 5% de batería y le dio tiempo a comprarse el cargador. Buscó un bar para cargar el móvil y lo cargó. Al terminar de cargarlo se fue al supermercado a buscar todo y de allí se fue para su casa. Ese día había llovido mucho y se había formado un gran charco en la puerta de su casa. Cuando fue a sacar el móvil de su bolsillo se le cayó, con tan mala suerte de que cayó al charco. Se mojó y se rompió, entonces ese móvil ya no le servía para nada y no pudo entrar a casa, pero su mujer le abrió porque lo escuchó llorar desconsolado.

Lucas se enfadó tanto que decidió hacer las cosas como una persona normal e irse a vivir a un pueblo de la montaña. Allí se compró una casa y se hizo agricultor y ganadero. Nunca más quiso hacer nada con un móvil y tampoco comprarse uno.