En la misión Apollo XI a la Luna, Buzz Aldrin y Neil Armstrong hicieron historia siendo los primeros humanos en caminar sobre la superficie de nuestro satélite. Los astronautas recorrieron su superficie durante apenas dos horas recogiendo muestras del suelo lunar e instalando algún instrumental científico, como un detector de seísmos lunares, un analizador de partículas solares y una matriz retrorreflectora.

Estas matrices formadas por pequeños espejos se colocaron también en las misiones Apolo XIV y XV y en las misiones soviéticas no tripuladas Lunojod y nos han estado dando información sobre la órbita de la Luna durante los últimos 50 años. Si enviamos desde la tierra un láser dirigido a estos espejos, el rayo vuelve reflejado viajando a la velocidad de la luz y nos permite saber, por ejemplo, que la Luna se aleja de nosotros unos centímetros al año.

Para señalizar vehículos, ciclistas y peatones

Este prodigio tecnológico tiene una aplicación mucho más terrenal en la superficie de nuestro planeta, señalizando en la oscuridad a vehículos y peatones y ayudando a salvar muchas vidas al año. Materiales basados en el mismo fenómeno óptico se usan habitualmente en mochilas, ropa deportiva, matrículas de coche o sobre el asfalto, delimitando los carriles en las carreteras.

Los retrorreflectores son pequeños espejos esféricos que reflejan la luz en la misma dirección en la que les llega a ellos, independientemente del ángulo de incidencia sobre su superficie. Así, si los faros de un coche enfocan a estas pequeñas esferas, la luz saldrá rebotada hacia el conductor del vehículo, que verá iluminado al corredor, al ciclista o a la señal de tráfico frente a él.

Gafas reflectoras en el espacio eXperimentAr

En el espacio eXperimentAr espacio eXperimentArrecibimos a gente muy brillante. Seguro que te estarás preguntando, ¿qué es esa luz que irradian sus ojos al salir de la visita?

Efectivamente, sus gafas tienen una superficie retrorreflectora hecha con la misma tela que se usa en los chalecos de alta visibilidad de policías o bomberos. Vista al microscopio, su estructura está formada por pequeños hexágonos que actúan como espejos cóncavos, de manera que la luz que les llega (en este caso, del flash de la cámara) vuelve por el mismo camino. Es por eso que se ven tan brillantes sus gafas.

En los ojos de los gatos y en tus fotografías

Estos materiales reflectantes también reciben el nombre de «ojos de gato» porque nos recuerdan la mirada de los gatos en la oscuridad. En realidad el fenómeno es el mismo, no es que sus ojos emitan luz propia sino que reflejan la que les llega, actuando como un espejo cóncavo, con la retina como superficie reflectora.

Y si en alguna ocasión, viendo aquellas espantosas fotografías, has pensado que tus ojos rojos tenían algo de diabólico, has de saber que se trata otra vez del mismo fenómeno óptico: tus ojos actúan como un espejo, reflejando el flash de la cámara.