Los alumnos de 3º de ESO del Colegio La Salle Montemolín pudimos disfrutar, el pasado 26 de enero, de un espectáculo teatral en el Centro Cívico Teodoro Sánchez Punter. La obra forma parte de un proyecto llamado Zaragoza anti-rumores que subvenciona el Ayuntamiento de nuestra ciudad y que pretende informar sobre los rumores que giran en torno a la inmigración. Los creadores de este espectáculo son los componentes de la compañía Teatro de la Boka, quienes lo estrenaron ya el 18 de diciembre en la Casa de las Culturas.

Salimos del colegio 10.20 y regresamos sobre las 12.30 horas. A la obra asistieron alumnos de otros colegios e institutos, hasta llenar la sala. La representación trataba sobre la inmigración y lo distintas que son las opiniones de las personas acerca de un mismo tema.

A lo largo de esta actuación aparecían varios personajes: dos compañeros de trabajo, una mujer y un hombre, y otro hombre negro que hablaba a la mujer en su imaginación. Había dos escenarios: el lugar de trabajo, una oficina de reparto de correos y la casa de ella. Ambos trabajadores pasaban una gran parte de su tiempo poniendo sellos a las cartas. Rita, la mujer, lucha contra su soledad robando cartas «sin entregar». El hombre, Diego, estaba muy concienciado con la inmigración, tanto que participaba en muchas campañas de ayuda a refugiados y oenegés. Este personaje tenía completa convicción de que podemos cambiar el mundo. En cambio, la mujer creía que todo eso no servía para nada porque opinaba que si en España no había trabajo para los propios españoles, no iba a haber para la gente de fuera; podríamos decir que le molestaban «los que vienen de fuera». Al principio ambos se llevaban bien, pero con el paso del tiempo iban teniendo cada vez más peleas. La mujer comenzó a arrepentirse de sus afirmaciones porque a veces aparecía una voz en su interior que le hacía pensar. Un día ambos fueron despedidos y ella recibió la visita de esa voz que le contó su historia. Decía que él había sido el único de sus hermanos que había sobrevivido ya que su madre solo podía salvar a uno de sus hijos. Llegaron a España y gracias a las ayudas de las personas que trabajan de voluntarias en las oenegés pudieron salir adelante. A partir de ese momento se dio cuenta de toda la verdad: sin ayuda, muchos inmigrantes no habrían sobrevivido.

Al finalizar la obra, los actores nos hablaron sobre la importancia de la ayuda. Uno de ellos explicó que él llegó a España para trabajar, no para aprovecharse del dinero de los españoles. Contó que él se formó para trabajar y que desde que llegó a España es lo que ha hecho y que, como era joven y fuerte, no había tenido que ir al médico ni utilizar ninguna ayuda social todavía.

Pudimos establecer un coloquio con actores y con algún miembro de SOS Racismo, lo cual resultó muy enriquecedor. La moraleja de esta historia es que todos deberíamos ayudar a las personas que lo necesitan, en este caso a los inmigrantes.

Hace unos cuantos años, los españoles también emigramos a otros países por lo difíciles que estaban las cosas aquí y tenemos que estar agradecidos a todas las personas que nos acogieron a nosotros, los españoles, y nos arroparon para que nuestra vida no fuera tan dura y difícil. Incluso es probable que algunos de nuestros antepasados no sean españoles, sino que llegaron un día a este país, se esforzaron por sobrevivir y por mejorar para que hoy en día nosotros podamos disfrutar de lo que tenemos.

Reflexiones de este tipo sobre estos temas son muy importantes y consideramos que el teatro es un vehículo formidable para contrarrestar y frenar rumores negativos que circulan sobre la inmigración y que dificultan y perjudican la convivencia intercultural.