Los estudiantes de Bachillerato de Artes escénicas del IES Pedro de Luna fuimos de visita el pasado 9 de diciembre al teatro romano de Zaragoza. Tras llegar y pasar por todas las medidas de seguridad por el covid-19, empezamos dividiéndonos en dos grupos.

Mi grupo y yo fuimos acompañados por Eloy, un guía que nos fue llevando por todo el recorrido. Primero vimos una detallada maqueta de un teatro romano y nos explicó la disposición de este y los grupos sociales que se ubicaban en cada zona según su estatus social.

Respecto a la estructura, del teatro romano de Zaragoza solo se conserva la "ima cávea" (la parte más baja de las gradas y más cercana a la "orchestra"). Donde se encontraría el proscenio (la parte de atrás del escenario) está el museo donde se encuentra, por ejemplo, la representación exacta de un fragmento de las gradas.

Debido al deterioro natural que ha sufrido el propio teatro, el museo recrea un fragmento en el interior para que pueda ser apreciado: aunque la base de la grada es solo de hormigón, con esta pieza comprendemos que estaba recubierta de alabastro, similar al mármol como material para embellecimiento.

El enlosado que se ha conservado de la "orchestra" contiene piedras de distintas localizaciones de Europa, traídas exclusivamente a la ciudad para la construcción del teatro. Esto hace que adquiera un valor artístico y cultural muy elevado.

La cabeza de la princesa Claudia y otras piezas

También en el interior del museo, encontramos el fantástico hallazgo de la cabeza de una escultura de la princesa Claudia, familia de César Augusto, el emperador.

Estas esculturas de la realeza se distribuían por todo el teatro para que el público no olvidara que estaban siendo invitados por la realeza a ese espacio gratuito de entretenimiento, a uno de sus predilectos espacios de ocio.

Al final de la visita, vimos algunas máscaras realizadas a imitación de las romanas, que se utilizaban en representaciones tanto de tragedias como en las comedias.

En las primeras el diseño mostraba una exageración de la expresión dramática. Para las comedias, género favorito para los romanos, sus máscaras exageraban los rasgos faciales y deformaban los rostros para causar risa.

También se representaban muchos rostros femeninos ya que en el teatro romano no estaba permitido la participación de las mujeres.

La visita fue muy dinámica y el guía nos enseñó y nos contó acerca de cada parte del teatro y del museo. Sin duda una visita muy interesante tanto escolar como culturalmente en general, llena de arte e historia.