El Departamento de Lengua castellana y Literatura del IES Francisco Grande Covián tuvo la suerte de contar, el pasado 9 de marzo, con la presencia del autor madrileño Alfredo Gómez Cerdá en el marco de su programa Encuentros GC. El motivo del mismo fue la lectura y posterior comentario de la obra titulada ¡¿Y para qué sirve un libro?! Al acto asistieron los alumnos de 1º de la ESO que aprovecharon la ocasión para formular sus preguntas.

¿Y para qué sirve un libro? Esa es la pregunta que muchos alumnos de 1º de la ESO del IES Grande Covián nos habíamos planteado y por eso leímos con bastante curiosidad el libro que teníamos programado para el segundo trimestre del curso. Su autor, Alfredo Gómez Cerdá, parecía un hombre importante porque, según nos contaron, había obtenido muchos premios literarios, entre ellos, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.

Al principio su título nos extrañó ya que parece lógico saber para qué sirve un libro; pero conforme fuimos avanzando en su lectura descubrimos muchas otras utilidades. Gómez Cerdá, que visitó nuestro instituto el pasado día 9 de marzo, nos explicó que todas las otras «utilidades» están inspiradas en la vida cotidiana y contadas con humor e ironía. Y es verdad porque el libro nos ha hecho muchas veces sonreír. Por ejemplo cuando descubrimos que un libro sirve para calzar una mesa coja; deshacerte de él regalándoselo a otros amigos o «enemigos»; utilizarlo para esconder un boleto de lotería; emplearlo como escudo y que te salve la vida; o de cojín cuando no llegas al volante del coche, incluso para perder el Tour de Francia. Además, en los doce relatos que forman el libro hay muchos juegos de palabras, descripciones e historias con toques llenos de humor e ironía. Por ejemplo, el doctor Peinado que era completamente calvo, o el doctor Calvo que se pasaba horas enteras peinando su largo flequillo.

Los personajes también son peculiares: un borracho rebelde que no renuncia a la bebida ni siquiera en la sala del quirófano; Diamantino Calveiro que se corta la yema de un dedo y, por error, acaba operado de menisco, dos pólipos del intestino grueso, una hernia de hiato y dos quistes sebáceos; o el desagradable Leronnimus Openclose cuya cabeza apepinada, ojos cavernosos, nariz apimientada y pelo semejante a una fregona desmochada le daban un aspecto de lo más repugnante.

Lo más curioso de todo es que en ningún momento se dice el título de los libros que leen los personajes. A lo mejor esto tiene que ver con que, para el propio Gómez Cerdá, hay que dejar lugar para la imaginación. Por esa razón su libro tampoco tiene ilustraciones. Según palabras del propio autor: «Toda mi vida he huido de la fantasía, pero toda mi vida he creído en la imaginación». Ha sido un libro diferente al que nosotros no estamos acostumbrados. Pero hemos aprendido que las cosas sencillas y cotidianas también pueden convertirse en materia de un libro aunque cueste mucho tiempo escribirlas (el autor nos dijo que le costó acabarlo entre cinco y seis años) y que el humor es un elemento importante para contarlas.

Fue una experiencia muy positiva porque la entrevista con el autor nos ha permitido interactuar con él y tras escucharle ya podemos responder a la pregunta del título: ¡¿Y para qué sirve un libro?! Pues un libro sirve para todo eso y sobre todo para leer.