Este verano se cumplieron 10 años de la desaparición de Luciano Pavarotti (Módena, Italia, 1935-2007), uno de los mejores tenores de la segunda mitad del siglo XX. Y el aniversario ha alumbrado un nuevo recopilatorio sobre su arte: Pavarotti: el tenor del siglo (Universal Music). El famoso cantante siempre soñó con acercar la ópera a todo tipo de público y su visión amplia de la música le llevó a cantar en grandes estadios y plazas ajenas a la lírica interpretando canciones populares. También contribuyó a romper con el elitismo de la ópera aliándose con Plácido Domingo y Josep Carreras en los conciertos Los tres tenores, dirigidos por Zubin Mehta.

Todo ello está presente en este nuevo álbum que incluye dos compactos, además de un DVD con su recital en el Liceu de 1989 y con el documental A voice for the ages (Una voz para la prosperidad). El disco recoge arias como Nessun dorma, E lucevan le stelle y Ah! Mes amis, quel jour de fête! (famosa por sus nueve do de pecho), y también una pieza del Réquiem de Verdi: Ingemisco. El otro CD cuenta con melodías como Nel blu dipinto di blu; Carusso, Non ti scordar di me y O sole mio, entre otras. Y aunque la mayoría son algunas de sus mejores interpretaciones, el nuevo homenaje también recopila extractos de su debut con La bohème, en 1961, y un dúo con la mezzo Cecilia Bartoli, Suzel, buon dì. «Este recopilatorio contiene todo el mundo de Luciano, por eso es tan importante», asegura su viuda, Nicoletta Mantovani, segunda esposa de Pavarott.

«Me gusta que se recuerde con él a mi marido en el 10º aniversario de su muerte. El objetivo de esta completa edición es expandir la misión de Luciano: llevar la música a todos y especialmente la ópera», añade, a sus 48 años. Ella ayudó a impulsar la Fundación Pavarotti tpara mantener vivo su legado, difundir la ópera y promover a jóvenes cantantes. «Luciano siempre cantó música lírica y canciones populares, y ambas vertientes están en el recopilatorio que contiene todo su mundo. Es una manera de mantener viva su visión de la música y de llevar la ópera a un público amplio».

ENTREVISTAS REVELADORAS / El DVD permite descubrir el pensamiento y la filosofía del inigualable tenor, enorme en todos los sentidos y con un don natural para impostar la voz, a través del documental A voice for the ages. Además, se le puede oír actuando con cantantes pop». B.B. King, Barry Whyte, Stevie Wonder, Sting, Zucchero, Bryan Adams, Laura Pausini, The Corrs y muchos más participaron en Pavarotti & friends, serie de conciertos solidarios que organizó en su querida Módena (Italia), entre 1992 y el 2003. También fue el primer cantante de ópera en lanzarse a espacios nunca transitados antes por figuras de la lírica con actuaciones en el Madison Square Garden de Nueva York y en icónicos parques como el Central Park neoyorquino y el Hyde Park londinense.

Mantovani asegura que el recital de Barcelona en 1989 también fue muy importante para él. «Fue una manera de presentar la ópera como a él le gustaba. Luciano siempre decía: ‘Mucha gente no ama la ópera porque no la conoce suficientemente. Pero si la conocieran seguro que se enamorarían de ella’». No le cuesta reconocer que ella fue precisamente una de estas personas que descubrió la lírica gracias a él. «Yo no sabía nada de ópera cuando le conocí. Junto a él aprendí a amarla», recuerda.

El tenor marcó una época y un estilo. «Luciano nunca fue convencional. Una de las características que le hicieron único y famoso, más allá de su increíble voz, fue su apertura de miras. Nunca hizo diferencias entre los géneros musicales, entre la música culta y el resto. Solo diferenciaba entre música bella y fea, sin importarle si era ópera, pop o electrónica. Siempre se mostró dispuesto a escuchar cosas nuevas y a descubrir otras tendencias». Tampoco tuvo miedo, recuerda su viuda. No tenía nada que demostrar ya cuando a los 60 años decidió ponerse a prueba y debutar en un nuevo rol escenificado Andrea Chenier. «Entonces ya tenía un carrerón a sus espaldas, no tenía nada que demostrar, pero quiso arriesgarse con algo nuevo». En este sentido, la imagen elegida en el interior del nuevo recopilatorio, poniendo las manos junto a la boca, como si fueran un altavoz para lanzar una buena nueva, es para ella un fiel reflejo del espíritu de Pavarotti.

No sabría decir qué ha sido lo más difícil de asumir tras su pérdida, el 6 de septiembre del 2007. «Todo ha sido difícil porque era mi marido y el padre de mi hija. Fue un maestro de vida y un amigo extraordinario. Lo bueno que tenía Luciano es que sacaba lo mejor de los demás. Tuve la suerte de encontrarlo. En su presencia uno era mejor persona, lograba siempre concentrarse en la parte positiva de la gente. Él me enseñó a fijarme solo en lo bello. Si te dedicas a criticar, tú mismo te contaminas; en cambio, si intentas ver las cosas positivas, te enriqueces como persona, te haces mejor».

Aunque entre ellos su canción siempre fue La mia canzone al vento, en casa, sin embargo, no le escuchó cantar demasiado. «Lo que a él le encantaba era silbar. Era bravísimo. Tanto, que hubiera podido grabar un disco», asegura Mantovani echando la vista atrás.