Petra ha sido una de las películas del año para la mayoría de los expertos pero no estuvo en la carrera de los Goya (no recibió ninguna nominación), algo que su director, Jaime Rosales, no entiende pero a lo que, «en realidad», tampoco le da muchas vueltas: «Me dolió un poco en el momento pero ahora ya está… Hay tantos premios que a veces tienes suerte en unos y mala suerte en otros. Es verdad que se me sigue mencionando mucho y me dolió y me sorprendió, no porque yo crea que mis películas tienen más calidad que las de los demás pero había una serie de indicadores, había estado en Cannes, en San Sebastián… que parecía que iba a correr otra suerte en los Goya. No ha sido así pero no pasa nada, hay que tomárselo con deportividad. También pasa en el fútbol que a veces se espera una cosa y pasa todo lo contrario, es la vida», aseguró ayer el director de cine antes de ser protagonista de la segunda sesión del ciclo Las películas de los demás en la que se proyecto, elegida por el propio cineasta, Sed de mal, de Orson Welles.

«Es una película que a mí me marcó mucho en los momentos en que me empecé a interesar más seriamente por el cine, la vi y me fascinó de inmediato su audacia, su forma, es una película que he revisado, que hoy quiero volver a ver y que plantea una temática muy inusual. Lo que podía ser cercano al género negro siempre es la lucha entre el bien y el mal y entre el deseo y el deber. Además, tiene una cosa que es muy curiosa y es que temáticamente plantea el conflicto entre los medios y los fines, que los fines no justifican todos los medios. Ese conflicto entre los fines, que sean correctos y adecuados, y los fines que también tienen que serlos para dar validez a todo lo que sería el proceso, la dinámica de la justicia», señaló Rosales que también destacó cómo fue rodada: «Es muy original, el manejo del deseo, de la mirada, del tiempo… todas esas cuestiones le hacen estar en el corazón de lo que es la creación cinematográfica».

Sin embargo, el director catalán ya no tiene tan claro si Sed de mal le ha influido formalmente en su trayectoria cinematográfica: «No es una película que yo crea… es que las influencias son difíciles porque al final toda película que te ha gustado o has admirado te ha influenciado de una manera más directa o indirecta pero me cuesta decir en qué medida está película tiene que ver con mi trayectoria. No lo sabría decir...», reflexionó Rosales que prosiguió: «El cine es una praxis muy interesante siempre cuando sea arte y sea industria. Me parece que las películas cuando son demasiado solo arte o solo industria, pierden algo. Yo busco esa dualidad, especialmente en Petra he buscado ese equilibrio. Sed de mal es superlativa en ambos aspectos, es muy industrial, con grandes estrellas, medios, un travelling inicial espectacular con la maquinaria de Hollywood, el género… y al mismo tiempo es una película enormemente personal, muy audaz formalmente en su trabajo con la luz, los encuadres, los grandes angulares, el sonido en la escena final... Es una película ejemplar en ese sentido, potencia las posibilidades de la industria y del arte».

Preguntado sobre el largo periodo que ha estado hasta que ha visto la luz Petra: «A veces, los ritmos y los procesos son muy rápidos y otros muy lentos. En Tiro en la cabeza fueron semanas desde que leí la noticia y ya estaba rodando pero una película como Petra he estado cuatro años con ella. Los ritmos dependen de la complejidad del proyecto, la envergadura, la financiación y también hay que tener en cuenta que los ritmos artísticos son muy diferentes. Con el guion de Petra estuve dos años y solo dos semanas con el de Tiro en la cabeza, son ritmos que la propia obra también marca», concluyó Jaime Rosales que hoy estará en Teruel donde la revista cultural Cabiria le premiará al considerar que Petra ha sido la mejor película del año mientras que por la mañana visitará a los alumnos del Instituto Segundo de Chomón.