Actores, escritores, personalidades de la cultura y la política acudieron ayer a la capilla ardiente de Pedro Osinaga, en el tanatorio de la M-30 de Madrid, para despedir «a uno de los grandes de la escena española», un actor «sui generis» que, según todos, amaba su profesión y vivía por y para el teatro.

Osinaga, que falleció el viernes en Madrid a los 81 años, fue un popular actor de comedia, que protagonizó la obra Sé infiel y no mires con quién, del dramaturgo inglés Ray Cooney, durante catorce años -de 1971 a 1985- periodo en el que fue vista por ocho millones de espectadores en más de diez mil representaciones.

Así lo recordaba el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, que situó a Osinaga como a «uno de los grandes actores populares de la escena española».

«Se lo ganó a pulso por su dedicación sobre los escenarios, particularmente en el Teatro Maravillas, donde representó durante más de una década la obra Sé infiel y no mires con quién, bajo la dirección de Víctor Andrés Catena”, manifestó el ministro.

Méndez de Vigo también se refierióa su «excelente trabajo» de 1973 en Doce hombres sin piedad, en Estudio 1 de TVE en 1973, obra que congregó a los más importantes actores españoles de aquel momento. «Y por su buen hacer y su amor a la profesión» el Ministerio de Cultura le concedió en 1999 la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

A la capilla ardiente se acercaron a lo largo del día actores y compañeros del fallecido como Raúl Sender, Concha Velasco y Pepe Ruiz.

Sender se refirió a Osinaga como «un gran amigo, divertido y encantador» y Concha Velasco valoró su buen hacer y su amor a la profesión y recordó que «nunca faltó a una representación y cuando le dio el ictus trabajando, no quiso que viniera un ambulancia hasta que acabase la obra».

También el exalcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano destacó de él su capacidad de «hacer sonreír sin hacer daño».

Nacido en Pamplona el 15 de diciembre de 1936 en Pamplona, Osinaga recorrió con su compañía de comedias numerosos teatros, tal y como señaló el jurado del XV Premio de Teatro Pepe Isbert que le fue concedido en junio de 2011.

De hecho, la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España (Amithe) ha subrayado que Osinaga dejó en Albacete una «honda» huella al recoger el XV premio nacional de teatro Pepe Isbert.

Amithe aludió a Osinaga como uno de los «grandes caballeros» de la escena española y uno de los actores «clave» del último tercio del siglo XX al aunar su especial facilidad para la alta comedia con un don natural para el arte dramático.

En Pamplona, el Teatro Gayarre se ha «teñido de luto» en recuerdo del actor navarro, quien con cuatro años ya pisó este emblemático escenario «ejerciendo de pasapáginas de su madre pianista», y en 1965 debutó de manera oficial con la función Prohibido suicidarse en primavera.