El diestro madrileño Miguel Abellán resultó triunfador de la corrida celebrada ayer en Huesca tras cortar un trofeo a cada uno de sus toros del hierro de Carlos Núñez. David Mora perdió un posible trofeo por el deficiente manejo de la espada en el sexto y Paquirri, que se despedía de Huesca, obtuvo un trofeo en su segundo turno.

En el palco, la presidenta Carolina Chaves contuvo la inapropiada generosidad desbordante de su primera actuación poniendo oportuno freno al frenesí orejero. Algo es algo. Aunque se le parara el reloj en el sexto toro. A lo que estamos, doña.

Recontado el abundante abasto de despojos auditivos podría pensarse que el festejo fue un festín de toreo. Todo lo contrario, más una plácida siesta propiciada por una corrida de toros con el célebre hierro de la R de Rincón, antaño fuente de bravura para terceros y hoy en el camino de la recuperación. Cierto que tuvo el denominador común de humillar muchísimo pero adoleció de energías para desarrollar. Nada peor que el toro mueva a la lástima. Y cuando las embestidas, por muy humilladas que sean, son al paso ya no son atacantes sino que convierten al animal en un ser casi domesticable, chochón, borreguil las faenas se eternizan. Y todo es al ralentí. Y la emoción se disipa.

NO, NO, NO

De tal guisa que Paquirri, que en su primero no fue más allá de pajarear ante un toro dulzón y feble se apuntó al tercio de la madera pareando con facilidad --pero muy corrientito-- en su segundo. En ese tiró de efectismos y superficialidad. Fue la no faena ante el no toro no estoqueado (el toro escupió el hierro). Pero ahí estaba doña Carolina para atender la pañolada.

Entre tanto, David Mora insistente -para nada- hasta la irritación en uno, en el que echaba el cierre también se extendió sin piedad del cliente para evacuar un sinfín de muletazos, casi siempre a la recta, pocos enroscándose el toro. El palco, displicente, olvidó el minutaje ahorrándole algún aviso y condenando al personal al toreo en la anochecida.

Mientras, Miguel Abellán, en su primera función de luces esta temporada, que tiene tela, estuvo a la altura de un toro cárdeno que se sostuvo en pie para regalarle un buen número de embestidas que supo aprovechar como si estuviera en un tentadero, sin prisas. Y sin agobios. Ay, las faenas de quince pases porque el toro se te come…No fue el caso porque el toro dio opción para lo cabal y el remate ornamental. Si no pincha le piden las dos. Antes ya había obtenido un trofeo facilón de un toro boyante pero cogido con alfileres. La tónica general.

La jornada de hoy, la que cierra la Feria de la Albahaca en el coso oscense, estará dedicada a los rejones. Los rejoneadores Andy Cartagena, Sergio Galán y Lea Vicens lidiarán toros de Benítez Cubero.