La literatura de Peter Cameron (Pompton Place, Nueva Jersey, 1959) corre el riesgo de pasar inadvertida porque las armas que maneja son la elegancia y la sutileza a la hora de pintar, bellamente difuminadas, las complejas relaciones humanas. Aunque no lo parezca, Cameron es norteamericano, pero como su compatriota Henry James está enamorado de Gran Bretaña y de su literatura y en especial, de aquella escrita por esas autoras conocedoras de las tensiones psicológicas como Penelope Mortimer, Elizabeth Bowen o Margareth Drabble.

Nada de estridencias, por favor, ya que en los libros de Cameron es casi más importante lo que no se dice que lo que se muestra en la superficie, pero eso no obsta para que Nick Hornby, por ejemplo, lo tenga entre sus escritores de cabecera. El sello Libros del Asteroide lleva acompañando la literatura de Cameron desde Algún día todo este dolor te será útil, una puesta al día de El guardián entre el centeno, y ahora recupera Un fin de semana, su segunda novela, que publicó originalmente en 1994 cuando el azote del sida parecía que iba a barrer la humanidad entera, empezando por el sector más castigado, los homosexuales. Cameron lo es y muy activista de sus derechos, pero en sus novelas no hay reivindicaciones, ni fanfarrias respecto a eso.

El escritor recaló en Barcelona de gira por Europa, una ocasión perfecta para enfrentarse a una obra escrita hace casi 25 años, en un momento crucial. «El sida tuvo un efecto muy complejo en nuestra forma de comportarnos, en nuestras relaciones y, sobre todo, en la manera en la que practicábamos el sexo, una forma de interacción básica». Sin embargo, fiel a su estilo, la enfermedad en la historia solo se percibe en sordina. Es el detonante del mínimo pero muy intenso argumento que reúne en una casa de campo a un matrimonio, John y Marian, con Lyle, la antigua pareja del hermano de ella, que murió a causa del síndrome un año atrás. A ese trío, marcado por el peso del duelo, se une un joven camarero y aprendiz de pintor, nuevo amante de Lyle, y Laura, una italiana que no se entiende con su hija.

Podría decirse que el tema de fondo de la novela, y quizá de casi todas las novelas de Cameron, son las trabas que las personas tienen para relacionarse, la brecha que se abre entre lo que decimos y lo que realmente pensamos. «Mi novela explora la dificultad que tenemos de hablar honestamente a los demás y los problemas que esto ocasiona. Creo que la novela es un vehículo excelente para explorar esta incomunicación y la tensión que produce». Es por eso que le gusta colocar a sus personajes fuera de la zona de confort.

Adaptaciones al cine

Tres de las seis novelas del autor han sido llevadas al cine y es muy probable que también lo sea Andorra, otra de sus obras, ambientada en un lugar que nada tiene que ver con el principado real, ya que en la Andorra del título no existen la pobreza ni la maldad. Un fin de semana no llegó a estrenarse en España. «La relación de un escritor con sus adaptaciones cinematográficas siempre es complicada. Al principio participé como guionista como una forma de tutelar mis novelas, pero me di por vencido al comprender que una película es una obra de arte muy diferente».

De momento, el autor está ultimando una nueva novela que trasladará a sus protagonistas norteamericanos a Italia. «Será una novela bastante oscura que muestre un mundo verdaderamente aterrador. No dejo de pensar que la inquietud que hoy se vive en EEUU gracias a Trump se ha filtrado en esa obra».