En los años 60, en el mundo del rock, llegar a los 40 era una hipótesis remota y con visos trágicos. Hoy, muchos históricos del género suman ya seis décadas e incluso lo proclaman sin manías. Como Miguel Ríos, que celebrará el 7 de junio su 60º aniversario con un nuevo disco, 60 mp3, en el que acude a sus raíces sonoras con un menú con sabor de rock y blues.

El disco sale a la venta el próximo lunes, coincidiendo con el cumpleaños. "Lo he hecho con toda la intención. ¡La edad empieza a vender! Antes, llegar a viejo en el rock era malo, pero ahora, con Mick Jagger dando saltos por ahí, ya empieza a valorarse", explica el cantante, que se mira en el espejo de sus contemporáneos anglosajones.

"Seguir haciendo música es lo más divertido que se puede hacer cuando ya tienes dinero en el banco. ¡Sería absurdo dejarlo! En el último concierto de los Stones me di cuenta de que no me había equivocado en mi opción, en mi forma de vivir. Sin el rock, mi vida habría sido totalmente diferente", reflexiona.

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El título de 60mp3 hace referencia a su aniversario y al formato digital con el que ha trabajado en la composición de las nuevas canciones, en estrecha alianza con John Parsons. El disco marca un giro respecto a su pasado reciente, ya que muestra un pulso de blues y rhythm´n´blues, y una sonoridad con gestos acústicos. "Tenía ganas de volver a componer canciones y diseñar un disco con la música de la que he bebido".

La mayoría de los textos son suyos, con excepciones como Oración, de Luis García Montero, que alude a la guerra de Irak. "Esta canción justifica todo el disco, porque refleja todo lo que la mayoría de la humanidad quiso decir a sea gente que no escuchó y que todavía está recogiendo los muertos". Más autobiográfica es Cosas que debo a Madrid, donde homenajea a la ciudad que la acogió, procedente de Granada, en 1962. "Se la debía. Madrid ha sido mi casa durante 42 años", explica Ríos, que recientemente se ha reinstalado en su ciudad natal.

Aunque los días eufóricos de Rock & Ríos (1982) quedan lejos, no puede quejarse: su último trabajo, Miguel Ríos y las estrellas del rock latino, superó los 90.000 ejemplares vendidos. Pero le duele que el rock, reactivado comercialmente en el mundo anglosajón con grupos como The White Stripes ("me gustan muchísimo; ¡son mejores que Led Zeppelin!"), vuelva a ser en España, considera, un objeto sonoro marginal.

La televisión, en la que se introdujo en los 90 con Qué noche la de aquel año, tampoco parece ser actualmente el mejor escaparate para la música. "Yo me curé de la irritación no viéndola. Ganó la radio y la literatura; ahora leo mucho más", revela.

La política le ha dado en los últimos tiempos algunas alegrías. "Yo era escéptico con Zapatero, pero creo que está haciendo el trabajo para el que lo votamos", concluye el rockero.