El célebre artista y activista chino Ai Weiwei denunció ayer en redes sociales que su estudio en Pekín, que posee desde el año 2006, empezó a ser demolido el viernes por excavadoras del gobierno sin que él haya recibido ninguna notificación previa.

Se trata del segundo estudio del reputado disidente (de 61 años y afincado ahora en Berlín) que las autoridades chinas derriban después de que en 2011 destruyeran el que el artista tenía en Shanghái.

Su estudio era descrito por él mismo como una «fábrica socialista del estilo de la Alemania del Este», pues tradicionalmente albergaba una planta de recambios de automóviles, y en él desarrollaba instalaciones artísticas de gran tamaño e impacto visual que se han exhibido en las galerías y museos de arte contemporáneo más importantes del mundo.