La venganza, el desamor, la muerte, la locura, la religión o el arrepentimiento son los temas, clásicos en su manera de entender la música, en los que Olvido Gara y Nacho Canut, o lo que es lo mismo, Fangoria, vuelven a ahondar en su último trabajo discográfico, Arquitectura efímera , que ayer presentaron en Zaragoza.

Todo ello aderezado con música electrónica, otro de los grandes leit motivs del veterano dúo, aunque esta vez "menos house, más tecno y con una importante presencia de guitarras virtuales", como define Alaska.

Con quince discos a sus espaldas, Alaska y Nacho Canut son reacios, o por lo menos no muy proclives, a mirar al pasado. "En Fangoria no hay nada de la época de Alaska o la de Kaka de Luxe aparte de nosotros. Porque aunque las cosas que te gustan no desaparecen, la evolución musical ha ido por otros derroteros", explica Alaska. Y añade Canut: "Ojo, pero estamos enormemente orgullosos de todo cuanto hemos hecho". Orgullosos, sí, pero esquivos. Porque, según apunta Alaska, "ni tocamos ni nunca tocaremos canciones antiguas".

Quizás sea por ello por lo que no se plantean hacer un disco con sus mejores éxitos. "Eso es cuestión de las discográficas, que en cuanto ven que un disco tiene tirón y eres un artista consagrado, enseguida se lanzan al ruedo de los recopilatorios y demás, pero nosotros no tenemos ninguna intención de hacer un recopilatorio", aclara Canut. Y Arquitectura efímera no mira atrás, sino que lo hace hacia delante y de manera firme. Porque el disco, editado en formato de lujo, con un librillo y un DVD incluidos, tiene un empaque muy bien logrado y ese toque fangoriano por el que enseguida se intuye de quién es esa melodía pegadiza que suena. Porque, aunque tenga influencias de Astrud, Chico y Chica, La buena vida, La mano de santo o La casa azul, grupos que Alaska y Nacho escuchan habitualmente, el caso es que Fangoria tiene un algo especial, un no sé qué, todavía presente desde Kaka de Luxe.

El disco debe su nombre a una exposición de dibujos técnicos de un renombrado arquitecto que exponía en Chicago, adonde Fangoria acudió a ofrecer un concierto en septiembre de 2002. "Fue una experiencia muy divertida --apunta Alaska-- porque actuamos en una sala pequeña e hicimos de todo. Yo di una conferencia, pinchamos música, luego actuamos... estuvo muy bien".

Y si los zaragozanos también quieren pasarlo en grande con Fangoria, pues deberán esperar, porque el dúo no tiene previsto de momento visitar Zaragoza, porque, como afirma Alaska, "vendremos cuando nos llamen. Porque nosotros no proponemos sitios, sino que actuamos donde nos llaman".