- Con su primera novela, Rari Nantes, ganó el Premio joven de narrativa de la Universidad Complutense y con esta segunda se ha hecho con el Ateneo Joven. Su carrera literaria promete.

-Cuando eres joven, no tienes contactos ni eres influencer ni youtuber es difícil llamar a la puerta de una editorial y que te atiendan, porque cada vez las editoriales se arriesgan menos. Si no tienen la garantía de que el libro se vaya a vender, aunque desde el punto de vista literario sea interesante, cuesta mucho publicar. Los premios pueden ser una puerta para autores jóvenes.

- ¿Se esperaba el galardón?

-No. La novela llevaba un tiempo acababa y yo llevaba meses moviéndola sin éxito. Llegué, quizás, a resignarme y de casualidad presenté el libro a estos premios y, de casualidad también, gané.

- ¿Influyen las dificultades para acceder al mercado en algo a la hora de escribir?

-Bueno, a mi me gusta escribir y eso no me desanima. Voy a seguir escribiendo siempre porque yo no escribo para que me lean. Tengo ese deseo, claro, pero no es mi objetivo. Nunca pienso en cuantos lectores voy a tener, pero publicar en cualquier caso es un aliciente y una buena señal de que estás haciendo las cosas bien.

-Su libro cuenta la historia de Laia que investigando a una escritora, Clara Dubasenca, acaba encontrándose a sí misma. ¿Cómo llegó esta idea a su mente?

-La idea surgió hace varios años. Las novelas tardan mucho en escribirse y gran parte del proceso de escribir consiste en no escribir. Hace un tiempo redacté una serie de textos de los que no quería hacerme responsable. Me hacían mucha risa. Decidí que esos textos eran los textos de una poeta ficticia, Clara Dubasenca. y poco a poco dejé de reírme de ella y comencé a admirarla. En un primer momento quería escribir una especie de crítica satírica sobre estos textos, pero después cambié de idea y escribí esta novela.

-¿Y qué puede contar de Laia?

-Laia es una chica joven que decide investigar a Clara desde una perspectiva literaria y universitaria. Pero luego a Laia deja de interesarle la Clara escritoria y comienza a centrarse en el personaje, que es complejo y con muchas aristas. De alguna forma Laia no es que se encuentre a sí misma, pero descubre cosas. El libro precisamente lo que dice es que uno casi nunca llega a saber nada al final.

-¿Qué hay de sí misma en los personajes de los que escribe?

-Hay gente que intenta buscar similitudes entre Laia y yo porque las dos hemos estudiado un máster de literatura y entre Clara y yo porque las dos somos escritoras. Al final he escrito de lo que conozco, que es la universidad y la literatura. No tengo porque comulgar con todas sus ideas, pero son personas con las que simpatizo, sino se me haría muy complicado.

Tengo entendido que la canción Clara

Cuando la novela comenzó a tomar forma escuché la canción de Humet. Ya había creado el personaje de Clara pero en ese momento pensé que todo encajaba. El tono melancólico de las letras de Humet le va muy bien a esta novela.

¿Cómo es el momento en el que se sienta y se pone a escribir?

Muy caótico. No tengo horarios. Escribo cuando me apetece. Cuando me preguntas cuánto escribo cada día siempre respondo que he escrito lo que tenía que escribir, que a veces no es más que un salto de página. Mi forma de organizarme para escribir es no organizarme.