Alejandro Sanz fue el triunfador indiscutible de la octava edición de los Premios de la Música. Anoche se llevó cinco de los siete premios a los que aspiraba. No acudió. De gira por Latinoamérica y enfrascado en la grabación de su nuevo vídeo, encargó a varios amigos que recogieran los gramófonos. Para él fueron los de mejor canción, canción de pop, álbum de pop, vídeo musical y técnico de sonido (Rafa Sardina). En el escalafón le siguieron Bebo Valdés y Diego el Cigala, que se hicieron con tres.

La octava edición de los premios, que entrega la Academia de las Artes y Ciencias de la Música, tuvo muy presente a las víctimas del 11-M. Para ellas cantó José Mercé una versión del Alegato contra las armas en un escenario oscuro, donde sólo se leía: "11-M Recordamos". Para las víctimas fue también la recaudación de la gala. Las palabras de Eduardo Bautista, presidente de la SGAE, invitaron a "no olvidar y a educar en el respeto y la diferencia".

Asier Etxandía, protagonista del musical Cabaret fue el presentador de la gala que dirigió Joan Font. Etxandía interpretó a Alegro, un joven músico de pueblo. Raquel Grijalba (Cats ) fue Estrella, una cantante ingenua y espontánea. Las actuaciones de Els Comediants, que hicieron de gigantes, cabezudos y animales mitológicos, fueron salpicando la noche en un escenario que recreaba una plaza pública, la de la música, donde se celebró una verbena popular. Fue el foro para reivindicar la libertad de expresión y decir no a todo tipo de violencia aunque las proclamas, con contadas excepciones, corrieron a cargo de los presentadores. Fue un clima muy diferente al de la gala del año pasado, cuando casi todos los que pasaron por el escenario protestaron contra la guerra. Ayer se oyó más el no al top manta .

Con Bebo Valdés al piano y el niño Josele a la guitarra, Diego el Cigala cantó Lágrimas negras y Corazón loco . Ellos fueron los segundos triunfadores. El veterano pianista cubano cosechó los aplausos más entusiastas de la noche. La pareja se hizo con los premios de mejor álbum y mejor álbum de jazz. Sus productores, Fernando Trueba y Javier Limón, recibieron el de mejor productor artístico. Valdés dijo que no esperaba ese honor a su edad y se refirió a sí mismo como "un anciano que los ama".

Las Niñas, premio al artista y al autor revelación, contaron con Kiko Veneno para interpretar su Ojú . Alex Ubago y Andy y Lucas fueron los destronados porque se fueron de vacío; el dúo tenía posibilidades de hacerse con cuatro premios. Junior Rodríguez se hizo con el trofeo al mejor álbum de hip-hop con Príncipe de los gatos .

Las melenas de los componentes de Medina Azahara se vieron dos veces en el escenario. Su canción Córdoba fue la mejor de rock y el premio se lo dedicaron "a los que están aquí y a los que no van a poder estar nunca más". Cuando recogieron el segundo trofeo, el de mejor álbum de rock por Aixa , dijeron: "Nunca es tarde si la dicha es buena aunque llevamos veintitantos años esperando esto".

El premio al mejor álbum de nuevas músicas fue para Chambao y el de canción española, para Pasión Vega. María Dolores Pradera, ganadora del galardón al mejor de música tradicional (Canciones del alma ) lo dedicó a la voz de Juan Valderrama. El último concierto del fallecido Alfredo Kraus, en 1998, consiguió el premio al mejor intérprete de música clásica. Deixa´m oblidar-te , de Sergio Dalma, fue considerada por la Academia como la mejor canción en catalán del año.

El cubano César Portillo de la Luz, compositor de Contigo en la distancia , recibió el Premio Latino a toda una vida.