Una comedia "singular" y "peregrina" que habla de segundas oportunidades. Así define Kamikaze el guionista y productor Álex Pina, que ha elegido para su debut en la dirección un "híbrido" de estilos que, sobre todo, resulta desternillante, a tenor de las carcajadas que provocó durante su proyección en el teatro Cervantes de Málaga.

"En realidad trata de la no claudicación, es un canto a la vida; es la historia de un hombre desesperado que, por culpa de un temporal, se ve obligado a convivir con sus víctimas, una premisa contemporánea que tiene mucho que ver con las noticias", aclaró Pina. Para rodarla, buscó en los confines del mundo y encontró el escenario en Benasque, un lugar perfecto para simular la estepa soviética.

Para el realizador, Kamikaze --que llegará a los cines el 28 de marzo-- tiene todo lo que no debe tener una primera película: temporales de nieve, un bebé, un perro, un avión derrapando en pista... Está contada en orden cronológico, en los seis días que necesita un joven y desgraciado terrorista caucásico de la región inventada de Karajistán, invadida y destrozada por los rusos --apunta Pina que los rusos son los malos de la película, pero sin mala intención-- para cambiar su destino y empezar de nuevo, en lugar de volar un avión.

"DARLE EMOCIÓN" El actor madrileño Álex García, que estuvo meses estudiando el idioma para dar un acento creíble al protagonista, el joven Slatan, asegura que se ha enganchado a ver vídeos en YouTube, donde se pueden ver todas las "burradas y salvajadas" de las que son capaces los rusos. Y añade: "Tenía que tomármelo en serio, que este hombre podía matar a todos, y a la vez, mostrar que tiene amor dentro, que es tierno, y darle algo que emocione".

Verónica Echegui, es una de las pasajeras que toman ese avión, y fue "la que más sufrió" la inmersión del actor madrileño en su papel (es su pareja), que llegó a provocar, que el empleado de un hotel de Madrid llamara a la policía, atemorizado por el joven de acento ruso que le pedía una planta entera para hacer una fiesta.

En el reparto, además de Echegui, están Leticia Dolera, Carmen Machi, Iván Massagué, los argentinos Eduardo Blanco y Héctor Alterio y, tocando el violín "de verdad" en una banda de mentira, Ara Malikian.

"Queríamos crear una fábula, no hacer una reivindicación social ni una peli árida", apunta Pina, un director "muy apasionado que se entrega en cada plano", según Dolera, graciosísima en su papel de joven recién casada que discute al teléfono únicamente pronunciando tacos.

En cuanto al mensaje, es que "la vida no siempre sigue el plan previsto y sólo puedes intentar adaptarte y seguir el ritmo de la vida, porque si no, el tren pasa y tu te has quedado solo y amargado", concluye la actriz.