Ganó el I Certamen nacional de Artes Escénicas de Teatros Luchana y hoy y mañana (20.30) se representa en el Teatro de las Esquinas. Se trata de No me olvides, el maestro Juan Martínez que estaba allí, basada en la novela de Manuel Chaves Nogales, que ha adaptado y dirigido Alfonso Lara, quien la protagoniza junto Pepa Rus y otros seis actores de forma «paritaria» tanto en el escenario como detrás de él. Interpreta a un bailarín flamenco que recuerda sus peripecias por media Europa junto a su mujer. Huyen de la guerra mundial, atraviesan Turquía, Rumanía, Bulgaria y acaban en Rusia, donde creen estar a salvo del conflicto armado. Allí se verán atrapados por la Revolución de Octubre.

-¿Cómo definirá a Juan Martínez?

-Es el bailarín y protagonista de una historia real, con la que nosotros hemos desarrollado un espectáculo en el que a través del pasado y este presente que estamos viviendo nos obliga a reflexionar sobre el futuro y sobre los comportamientos de las personas ante acontecimientos que no se pueden controlar, como el derecho que tenemos a decidir participar o no en revoluciones, en movimientos sociales… y preguntarnos por qué seguimos cometiendo los mismos errores; por qué las personas estamos condenadas a pelearnos entre nosotras.

-Suena muy actual, pese a que está escrita hace décadas.

-Sí, toda la obra de Chaves Nogales es muy actual. Hay un libro, Qué pasa en Cataluña, que si lo leemos hoy en día nos damos cuenta de que no hemos aprendido nada, y lo que narra él son los años 30. Somos obstinados en el error, como dice Juan Perro.

-La obra nos interpela, pero ¿da respuestas?

-Las soluciones vendrán de una reflexión común que es lo que el teatro pretende. Nosotros no queremos dar una moraleja si no poner un espejo y con los espectadores hacer una reflexión sobre cuáles son los males que anidan en el ser humano, o cómo vemos volver las nubes negras, que son impulsadas por personas como nosotros y en el pasado esas nubes trajeron mucho dolor y desesperación y sin embargo volvemos a lo mismo. Nosotros usamos el teatro como un arma cargada de futuro, que decía Silvio.

-Al título de la novela le ha añadido ‘No me olvides’.

-Hay dos partes. Una es la colectiva, que es la que hemos estado hablando; y otra es un guiño al pasado. No olvidemos como cómicos y como españoles, que hemos sido inmigrantes, que lo hemos pasado muy mal y lo seguimos pasando mal… Intentamos dejar esa foto en el corazón de los espectadores y ellos lo dejen en el corazón de otros para que no nos olvidemos de nuestra condición de cómicos, de españoles y de seres humanos.

-Parece difícil, pero hay espacio para el humor.

-El humor surge de las desgracias del otro. Además, Juan Martínez está contado con un halo irónico que nos despierta la sonrisa, pero es verdad que a veces se ríe por no llorar porque esta gente lo pasó muy mal por razones que le eran absolutamente ajenas. Lo quisieron matar y pasaron hambre por cosas que son surrealistas y cuando las ves en el escenario te ríes y luego dices ‘madre mía de lo que me estoy riendo’.

-¿Qué tiene esta obra para que se haya embarcado en la adaptación, dirección y sea protagonista?

-Todo nació un día sentado en mi casa leyendo esta novela y en un momento pensé qué bonito sería esto en el teatro y cuatro años después y con muchas penurias me puse a hacer la adaptación, empecé a buscar compañeros de viaje y aquí estamos. Cosas así son las que me mantienen en esta profesión. Uno tiene la voz que quiere tener y aporta lo que quiere porque en otros ámbitos tú eres una pieza de un engranaje.

-Además, viene avalada por el premio del Certamen de artes escénicas de Teatro Luchana.

-Los premios lo tomamos como un agradecimiento a una labor bien hecha y nos invita a seguir pero a mí me anima más los comentarios que en su noventa y tantos por ciento de gente que ha ido al teatro que son positivos.

-Protagoniza ‘Juan Martínez’, ‘La strada’ y acaba de rodar para televisión ‘Señoras del hampa’. ¿Cómo lo compagina?

-Pues al borde de un ataque de ansiedad (risas). Soy un afortunado por tener trabajo y participar en proyectos tan bonitos y sugerentes. La strada es una maravilla, Juan Martínez es mi critatura y Señoras del hampa es una serie que habrá que testar con el público pero hay mucha esperanza depositada en ella porque es muy distinta y original. Tengo suerte y sería un ingrato si me quejara.