Los seis bailarines que representan All ways (que se representa esta noche, 20.30 horas, en el Teatro Principal a cargo de la compañía Sharon Fridman), desde el inicio, entran en un movimiento perenne, una inercia que pareciera mover los cuerpos bajo su voluntad. Entendemos que esa inercia pretende la armonía y, para ello, puede que tenga que atravesar territorios inestables, a veces tortuosos, hasta lograr alcanzar un estado de ascensión. El impulso de ascensión que va alimentándose del movimiento circular y elíptico, implica un intento de trascender la condición humana y penetrar en niveles cósmicos superiores. Solo una vez que resolvamos nuestra historia personal, podremos acceder a una comprensión de nuestro lugar en este planeta, y acercarnos con humildad al sentido de la existencia.

El contacto es esencial para construir y explicar la unión, un solo cuerpo formado por seis intérpretes. La exploración del contacto en los últimos proyectos de la compañía, nos ha llevado a sistematizar una metodología de trabajo que supone una fuente inagotable de materiales de creación; de esta manera generamos nuestras composiciones que pasan por un estudio de la inestabilidad, la caída, la velocidad, la gravedad, la atracción hacia el cielo...

No es casual que en All ways se plantee una composición circular, en constante movimiento, como punto de partida. Viene a ser un reflejo de la trayectoria de la compañía en la que se ha ido consolidando un lenguaje, una búsqueda y una metodología. Siendo España el país donde se han generado los proyectos, hemos trazado múltiples caminos alrededor de ese centro, viendo como nuestras obras viajaban en órbita por todo el planeta.

Las entradas para All ways, del que habrá un único pase hoy, cuestan entre 5 y 20 euros y se pueden comprar en Ibercaja y las taquillas del teatro.