Dolor y Gloria, el nuevo filme de Pedro Almodóvar que se estrenará el 22 de marzo, supone el cierre de una trilogía sobre deseo y ficción de la que también forman parte La ley del deseo (1987) y La mala educación (2004). «Sin haberlo pretendido Dolor y Gloria es la tercera parte de una trilogía de creación espontánea que ha tardado 32 años en completarse», señala el director en las notas de producción del filme. Las tres películas están protagonizadas por personajes masculinos que son directores de cine y en las tres el deseo y la ficción cinematográfica son los pilares de la narración, pero la forma en que la ficción se dejar entrever con la realidad difiere en cada una de ellas.

Quizá Dolor y Gloria, protagonizada por Antonio Banderas, sea la más autobiográfica. El filme cuenta la encrucijada vital en la que se encuentra un director aquejado por múltiples dolencias que le impiden seguir rodando, algo parecido a lo que vivió el propio Almodóvar hace unos años, antes de rodar Julieta.

Almodóvar admite que ha tomado su vida como referencia. No solo eso, la casa en la que vive el protagonista, el mobiliario, los libros, las pinturas, son realmente del director manchego. Hasta la ropa que lleva Banderas replica prendas de su vestuario.

La trama visita tres épocas de la vida del director: su infancia en un pueblo al que emigró con sus padres en los 60; su primer amor ya en el Madrid de los 80; y el presente, con el protagonista aislado, depresivo, apartado del cine y del mundo.

El reparto cuenta también con Asier Etxeandía y Leonardo Sbaraglia en papeles clave. Penélope Cruz y Julieta Serrano dan vida a la madre del director en dos épocas y Nora Navas con peluca rubia es su asistente. Con pequeñas apariciones figuran la cantante Rosalía, que canta A tu vera mientras lava la ropa junto a Penélope Cruz, Raúl Arévalo, Julián López o Cecilia Roth.