"La Almunia es un pueblo de cine". Este lema, adoptado por los comerciantes y hosteleros de la capital de Valdejalón gracias al festival cinematográfico que se celebra en la localidad y que cumplirá su 20ª edición este 2015 puede pasar a ser una paradoja. Porque el festival seguirá, sí, pero la única sala de cine de la localidad, el Salón Blanco, dejará de funcionar como tal el 1 de enero debido a la necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías digitales. Con el año, el cine analógico, o para ser más explícitos, las películas en celuloide dejarán de elaborarse y será necesario que las salas posean un proyector digital para seguir exhibiendo cine de estreno o comercial.

"La máquina de proyectar se ha quedado anticuada, como está pasando en muchos cines de Aragón, y en La Almunia se añade el problema de que la sala es propiedad de la parroquia, con lo que el Ayuntamiento no puede hacer una inversión en una propiedad que no es suya", explica Carmen Pemán, presidenta de la Asociación Florián Rey, que organiza el festival.

Pemán lamenta la situación, aunque no afecte al certamen de cine, "pues nuestras proyecciones las hacemos en DVD por lo que no hay problema, lo lamentable es que en una localidad con un festival de cine, por la que han pasado desde José Luis Borau a Sacristán, Alfredo Landa o Maribel Verdú se quede sin sala que, además, abrió como cine parroquial en 1969 y después ha sido el epicentro de la localidad y uno de los más grandes de Aragón, con 500 butacas".

Y es que ni la parroquia, propietaria del local, ni la empresa que programa en la sala desde hace 26 años, Gestrailer, se plantean realizar una inversión que ronda los 50.000 euros para cambiar el proyector de 35 mm con el que está equipado por uno digital. "Llevamos unos 25 años programando --cuenta Tomás Latorre, de Gestrailer-- y en los últimos cinco la asistencia ha bajado a niveles no rentables; si tenemos que invertir 50.000 euros es imposible mantener la programación. El 31 de diciembre se cierra, no habrá más proyecciones y quien quiera puede hacerse cargo de este cine".

Gestrailer considera que la sala de La Almunia, --que sí seguirá funcionando como teatro-- no es susceptible de incorporarse a sus planes de inversión, como si han hecho en cines que regentan como el Capitol de Calatayud, los de Tauste, Utebo o Calamocha, donde sí se está llevando a cabo el proceso de digitalización de las salas, que en el plazo de dos o tres meses habrán completado el cambio, según Latorre. "En La Almunia, además de que la propiedad es de la parroquia, se trata de una sala muy antigua, con más de 40 años, por lo que la reforma integral que se tendría que acometer para ser viable es muy seria", dice Latorre.

ACTOS DE REIVINDICACIÓN

Ante esta situación, lo impulsores del festival de cine de La Almunia están moviendo todos los hilos para que esta situación "sea algo temporal" y que los almunienses puedan disfrutar de las sesiones del fin de semana. "Hemos tenido una reunión con el Ayuntamiento, y están por ayudar, aunque claro, ellos no son los propietarios de la sala y eso es un problema", insiste Pemán.

Para mostrar su deseo de que las proyecciones continúen, la Asociación Florián Rey ha organizado un gran acto para el día 25 de diciembre, coincidiendo, precisamente, con el aniversario de la inauguración de la sala. Aquel día se proyectó Nobleza Baturra, de Juan de Orduña. En esta ocasión, se proyectará Cinema Paradiso. Antes de la proyección, los asistentes se harán una foto con el cine, esperan, lleno de gente.

El domingo 28 de diciembre se proyectará la última película en 35 mm en el Salón Blanco. Será El Niño, de Daniel Monzón. "Sabemos que la solución no está en una fotografía, sino en que consigamos un proyector digital, pero creemos que es importante poner de manifiesto que para los almunienses ésta es una cuestión prioritaria", concluyen desde la asociación.