El escritor Alvaro Pombo reflejó ayer, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, la "firme voluntad de verdad" que ha guiado su vida, para "tratar de alcanzar una triple verdad poética, narrativa e histórico-narrativa" de su propia existencia y, en general, de la existencia humana.

Poeta, novelista, y "aficionado a la historia y a la filosofía fenomenológica", como él mismo se considera, Pombo realizó una profunda reflexión sobre los conceptos de Verosimilitud y verdad --título del discurso-- y sobre "la exigencia de claridad y de verdad" que hay en la literatura, aunque se rija por criterios distintos de los de otras ramas del saber.

Y para hablar del desafío que ha supuesto en su vida "la búsqueda de la verdad", recurrió, como luego diría la académica Carmen Iglesias en su respuesta, "a su amado Rilke, a la fenomenología husserliana, a Heidegger y Sartre, al Gadamer más enriquecedor, para hacer frente a la actitud frívola y actualmente mayoritaria que sustituye definitivamente la verdad por la verosimilitud en todos los órdenes de la vida".

Alvaro Pombo (Santander, 1939) siempre ha tenido "la sensación, al escribir, de llevar a cabo una intensa y personal actividad marginal y aislada". Por eso, cuando Luis María Anson, Luis Mateo Díez y Francisco Rico lo propusieron como académico se sintió "intensamente inverosímil", y más aún al saber que ocuparía el sillón de Pedro Laín Entralgo, "el más verosímil" de cuantos han pasado por la docta casa.

Vestido con el elegante frac y la corbata negra que requería la ocasión, Pombo dedicó una amplia parte de su discurso a elogiar a Pedro Laín, perteneciente a un grupo de intelectuales que, en los años cincuenta, "hicieron no solo posible la renovación del cristianismo en España, sino también la renovación de España con la democracia".

Al entrar de lleno en la materia de su discurso, Pombo hizo ver cómo, tradicionalmente, la "verosimilitud" se ha identificado con el pensamiento narrativo y "la verdad" con el discursivo o racional. Pero eso "contrasta con nuestra convicción de que en las novelas se nos narra el mundo como es".