Miguel Ángel Berna comenzó a bailar jota cuando tenía 8 años. A ella le siguieron otras disciplinas como el ballet clásico, la danza contemporánea y el flamenco, Desde entonces y hasta el día de hoy no ha dejado de participar en el mundo del baile. El próximo 9 de noviembre, el bailarín aragonés celebrará 40 años sobre los escenarios en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, frente a más de 4.000 espectadores y con una producción en la que reflejará lo que ha sido su trayectoria profesional desde sus orígenes hasta la actualidad. «Cuarenta años es prácticamente media vida. He puesto los valores y todo lo que he ido aquiriendo durante estos años para dar forma a este espectáculo, y el resultado ha sido este.

Además, es un gran privilegio trabajar en las raíces de mi tierra y creo que eso me ha hecho crecer», considera Migel Ángel Berna.

Al acto de presentación de este espectáculo asistieron, además de Miguel Ángel Berna como protagonista, César Romero, director general del Grupo San Valero y Manuela Adamo, productora de la obra. «Es una puesta en escena sin precedentes. Llevamos todo un año trabajando y es todo un reto, pero podemos decir que estamos contentos del resultado y de la respuesta del público por la venta de entradas», explicó Adamo.

Desde los orígenes hasta hoy/ Durante tres horas de espectáculo, Berna repasará en cinco grandes bloques lo que ha sido su trayectoria profesional desde sus primeros pasos en el mundo de la jota hasta llegar al ámbito de la danza y el baile. Todo ello con el Pilar como nexo que une los cinco bloques, con la aportación de más de 185 artistas a lo largo del espectáculo y con el acompañamiento musical de Alberto Artigas y literario de Antón Castro. Así, el primero de estos bloques reflejará el arte a través del mudéjar como «fuente de inspiración» y «fusión de culturas y sonidos judíos, árabes y sefardíes con los tambores del Bajo Aragón», valoró Miguel Ángel Berna. «Siempre me ha acompañado el ruido, el ruido que más me interioriza quiero decir. Por eso, en el espectáculo vamos a incorporar el sonido de tambores de Albalate del Arzobispo», añadió el bailarín.

La jota aragonesa, en la que comenzó Berna, formará otro de los bloques que conforman este espectáculo. El danzador ha reconocido en más de una ocasión arrepentirse por «no haber seguido cantando jota», aunque anticipó que era posible que en este espectáculo hubiera sorpresas, y una de ellas que sería que cantase. Por ello, el bailarín espera contar con grupos folclóricos de las tres provincias, pues valoró la importancia de «desarrollar este acto de unión». Quien tampoco faltará a esta cita será el cantador de jotas Nacho del Río, que estará presente junto con todo su alumnado.

En el tercer bloque conjugará pasado, presente y futuro con la aparición de artistas como Goya o Buñuel, aunque el papel destacado recaerá sobre Ramón y Cajal. «Por primera vez vamos a hacer un homenaje a Ramón y Cajal, nuestra intención es mostrar a algunas figuras que nos ha dado Aragón y mostrar cómo en casos como los de estos sin hacer ruido te puedes convertir en un personaje universal», destacó Berna. También tendrán cabida los sonidos folclóricos que esta vez llegarán de la mano de dulzainas y gaitas que forman parte también del folclore aragonés, además del sonido de los tambores del Bajo Aragón, más en concreto de Albalate del Arzobispo.

Un cuarto bloque irá dedicado al flamenco, la danza contemporánea y la danza clásica, y aquí también habrá algunas sorpresas y novedades. Entre ellas un número que el danzador ha rescatado de su espectáculo Flamenco se escribe con jota, que hasta ahora no se ha visto en Aragón. También se incluirá en este apartado algunas de las coreografías que este ha preparado en los últimos años con artistas del sur de Italia. «Estoy muy orgulloso de haber venido de la jota, durante años nos ha paralizado a los aragoneses el no bailar nuestras tradiciones. También estoy orgulloso de otros espectáculos como el flamenco, aunque creo que es necesario adaptarlo a los tiempos que corremos», destacó el bailarín.

Por último, habrá también un bloque dedicado, en palabras de Berna «al futuro», en un espectáculo en el que pretende unir la jota y el rock de una manera diferente y acercar al público un nuevo género compuesto por el baile aragonés y la electrónica.

El espectáculo solo estará presente un único día en el Pabellón Príncipe Felipe, el 9 de noviembre: «Es un espectáculo único porque nacerá y morirá el mismo día. Al igual que el Ave Fénix, nace y muere, pero vuelve a renacer. Yo renaceré a finales de noviembre para ofrecer verdaderas buenas nuevas, concluyó el bailarín.