Alejandro Amenábar y Pedro Almodóvar consideran fuera de lugar que se analice como un duelo entre ambos la confluencia de Mar adentro y La mala educación en tantos foros competitivos. "No debe verse como un duelo. Es un orgullo para el cine español", dijo ayer el primero. "Es un planteamiento facilón, ¿no? Hay que pensar más en lo que suma para nuestro cine", aportó el manchego. Posiblemente, no les falta razón en sus convenientes discursos, pero la competición es la competición, y tras los Premios de Cine Europeo entregados ayer en Barcelona debe apuntarse que Amenábar toma ventaja en el marcador. Los Globos de Oro, los Goya y hasta los Oscar se presentan como inminentes ocasiones para resarcirse, si es que eso le hace falta a Almodóvar.

El director nacido en Chile se impuso en el relevante mano a mano de la categoría de mejor director. De las cinco candidaturas a que aspiraban ambos cineastas, el autor de Mar adentro ganó en dos --el otro galardón fue para Javier Bardem como mejor actor-- mientras que el de La mala educación se quedó en nada. Un oportuno plano televisivo de la cara de Almodóvar reflejó cómo se expresa la sensación de decepción.

Contra la pared , del turco-alemán Fatih Akin, se presentó a la gala como la amenaza outsider al dominio inicial de los dos españoles, y lo fue. Resultó elegida mejor película europea del 2004.

SIN GOLEADA ESPAÑOLA

En general, no se produjo goleada española. Triunfo, pero sin humillación. El compositor Alberto Iglesias se quedó sin galardón, y lo mismo le pasó al director de fotografía Javier Aguirresarabe, y al propio Almodóvar en la categoría de guión. Penélope Cruz falló en su intento por coronarse mejor actriz por No te muevas . Se consoló con el que le dio el público. "Siempre he sentido el cariño del público", dijo muy acicalada la estrella madrileña.

La gala, que tuvo un subrayado tono europeísta, se desarrolló de forma más ágil que ediciones anteriores y estuvo conducida por Juanjo Puigcorbé y Maria de Medeiros de forma airosa, pese al escollo que siempre supone entremezclar idiomas. Ahora en castellano, ahora en inglés y después en francés e incluso en catalán, el mismo idioma que utilizó Sergi López, que presentó y entregó el premio del mejor actor. Bardem lo recogió con la cara de extrañeza con que suele recoger los premios. "No me lo esperaba", señaló pese a que era uno de los triunfadores más cantados. Acto seguido, pasó al inglés, un inglés más que pulido. Cómo se nota que empieza a acumular tiempo en Estados Unidos. "Gracias Alejandro --dijo-- por haber realizado una película tan importante y tan bonita y por haber confiado en mí para interpretar a Ramón Sampedro, lo cual era una locura. Pero gracias al trabajo de todos habéis logrado que el público se lo haya creído".

Amenábar agradeció el premio a la mejor dirección de forma comedida. "Hacer esta película ha sido ya un regalo para mí", constató con la estatuilla en la mano. No se llevó el premio mayor, el de mejor película de esta 17a edición. Ese honor correspondió al turco-alemán Fatih Akin por Contra la pared .

Nadie podrá decir que es inmerecido. La cinta es la mar de sólida y ya se impuso en la Berlinale. El palmarés adquirió grandeza con la designación de 2046 , de Wong Kar-wai, como mejor película no europea.