Dos mujeres que se conocen y se sienten, de manera inesperada, fuertemente atraídas la una por la otra. Viven un amor diferente, tal vez empujadas por sus respectivas situaciones y sin la menor intención de afirmar una etiqueta. Su primer beso provoca un ataque violento que transforma sus vidas de una manera que nunca hubieran previsto. De la obra original de Diana Son, Stop Kiss, llega desde el miércoles y hasta este domingo al Teatro del Mercado la adaptación de Miriam Sánchez, bajo el título de No más besos.

Al acto de presentación de este espectáculo asistieron el gerente del Patronato Municipal de las Artes Escénicas y de la Imagen, José María Turmo; el director y actor de la obra, Óscar Olmeda; y la actriz e impulsora de la misma, Miriam Vázquez. «Se trata de una producción valiente, porque todo parte de la iniciativa de Miriam por representar esta obra en España. Ella es la que pide los derechos de la obra de teatro, la traduce y adapta y me pide a mí que me encargue de dirigirla. No tuve ninguna duda cuando me lo ofreció», reconoce Olmeda.

En este sentido, Miriam Vázquez explicó por qué se decantó por traer a España esta obra y qué es lo que le gustó de ella: «En realidad yo empecé con otra historia que a mí también me gustaba mucho y que era mi opción principal. Pero era una obra de teatro que ya se había llevado a la escena previamente en España, y yo si iba a arriesgar en esto quería que fuera con algo que no se hubiera llevado al teatro antes aquí. Por eso me decidí por No más besos, por eso y porque me gusta el formato en el que se encuentra escrita, creo que podría tratarse perfectamente de una película».

La obra trata sobre los problemas a los que se enfrenta una pareja con la misma condición sexual, pero que, en palabras de su director, «se aleja de los panfletos reivindicativos» y se encuentra «llena de sensibilidad y de dulzura». Olmeda valoró el carácter cinematográfico de la misma y la unión del pasado y el presente para estructurar la historia: «La obra se mueve en dos planos diferentes, entre el pasado y el presente. En el pasado explica cómo se conocieron, y en el presente todo lo que sucede a partir de ese momento. Las acciones en ambos tiempos se alternan para construir un relato con un formato muy atractivo», expresó el director del espectáculo.

Por su parte, Miriam Vázquez comentó cómo pese a ser una obra que había sido escrita hace cerca de veinte años, mantenía todavía su vigencia a día de hoy: «Es llamativo que pese a que se escribió en los años noventa, al leerla da la impresión de que es de total actualidad. Lo único diferente creo que es que al estar ambientada hace veinte años todavía se utilizaban los contestadores automáticos, pero por lo demás es una historia que podría ser bastante actual».

RETRATO DE LA REALIDAD/ Óscar Olmeda incidió en esta idea cuando aseguró que estas obras iban a guardar la vigencia y el carácter de actuales hasta el momento en el que la sociedad no evolucione: «Estas obras van a retratar una realidad y a ser contemporáneas hasta que el mundo no cambie. Mientras nos sigan llegando noticias de casos similares, esta obra aparte de teatro va a ser algo que no quede obsoleto».

Pese a esto, Miriam Vázquez insistió en que se trataba de una historia muy bonita por «la sutileza de los temas» que expresaba y en que el público salía del teatro con ganas de volver: «La gente quiere repetir. Cuando ven la obra piensan que quieren que otra persona la vea y también sienta lo mismo que ellos están sintiendo en esos mismos momentos. Que la estén viendo y quieran volver a venir es en el fondo una de las cosas más bonitas que nos puede pasar como actores», concluyó.