DIRECTOR P. J. Hogan

INTERPRETES Kathy Bates, Rupert Everett

PAIS EEUU AÑO 2002

CINES Aragón

P. J. Hogan es un director bien dotado para la comedia, como demuestran La boda de Muriel y La boda de mi mejor amigo . Antes de embarcarse en la realización de la última versión de Peter Pan , Hogan rodó otra comedia sobre los vaivenes de la sexualidad. El resultado, Amor sin condiciones , no está a la altura de las anteriores, porque hay momentos en que no se sabe si cree en los sentimientos de sus personajes o se ríe de ellos.

De ceremonias va también el relato, aunque no se trata de una boda, sino de lo que acontece después de un funeral. El finado es una estrella de la canción melódica (Jonathan Pryce) cuya andadura por la película es similar a la de Rock Hudson en la vida real: como el protagonista de Confidencias a medianoche , el cantante es un homosexual que durante años ha dado la imagen de un galán hetereosexual.

En una visita a Chicago, el cantante es abatido por un asesino en serie. Y su muerte y posterior funeral hacen cambiar la vida del personaje encarnado por Kathy Bates, una mujer cincuentona que acaba de ser abandonada por su marido (Dan Aykroyd) e inicia una especie de peregrinación física y emocional a los dominios de la estrella asesinada, donde conocerá a quien fuera su más fiel amante, Rupert Everett.

El filme asume los modos autoparódicos --ahí está la doble aparición de Julie Andrews-- sin que Hogan acabe de decantarse entre la crítica feroz y la ternura. La película funciona mejor en su primera parte que en la segunda, cuando Everett y Bates van a Chicago a encontrar al asesino, y demuestra por qué Hogan era un realizador idóneo para dirigir Peter Pan : algo de peterpanesco hay en este cineasta que musicalmente sigue anclado en el pop con lentejuelas de Abba, Tom Jones, Elvis y Dusty Springfield, la banda sonora de sus películas y, quizá, de su vida.