Comenzó como una reunión literaria de amigos ilustrados, en el año 1735. Poco después, los contertulios se dirigieron a Felipe V para que autorizara sus reuniones y el monarca les concedió su protección en 1738. Con ello, la tertulia, ya especializada en la investigación del pasado, quedó convertida en la Real Academia de la Historia. Los orígenes de esta sociedad guardan similitudes con los de Fundación Ibercaja, en aquel entonces conocida como la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. «Ambas surgen en el siglo XVIII como instituciones privadas con proyección pública. Llegan donde el Estado no llega, siempre con independencia, libertad y con una base democrática. De algún modo seguimos siendo herederos de ese movimiento», expresó Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia.

Más de tres siglos de historia después, ambas instituciones han unido sus caminos con la firma de un convenio por el que Ibercaja se convierte en Protector de la Real Academia de la Historia. Este convenio, firmado por Carmen Iglesias y por el presidente de la Fundación Ibercaja, Amado Franco, es un mecenazgo que contribuye a preservar el estudio y la investigación de la Historia de España, Portugal e Iberoamérica: «La historia sigue luchando contra las falsedades. En los últimos tiempos estamos intentando tratar algo que falta en nuestro país: la conciencia histórica. Esa conciencia tiene en cuenta un pasado que explica lo que ha costado llegar hasta aquí, y que la historia está abierta y ocurren cosas que no están previstas». En este sentido, la directora matizóla frase que dice que la historia se repite: «Nunca se repite del mismo modo. Siempre es una tragedia porque los que mueren son nuevos. No hay experiencia sin memoria, en el caso de la historia es fundamental».

Al acto de firma de este convenio también asistió el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quien destacó la labor de esta institución y diferenció entre quienes utilizan la historia de manera respetuosa y quienes lo hacen para tergiversar la realidad: «Hay quienes hacen uso de la historia de manera digna y respetuosa, alineados con propósitos éticos, y siempre alimentando la convivencia entre las gentes. Luego está el uso rechazable de aquellos que la tergiversan, poniéndola al servicio de propósitos que conducen a la división y al enfrentamiento», expuso.

Lambán incidió en esta idea cuando habló de la situación histórica de Aragón: «Nuestros vecinos no han dejado de causarnos problemas. Los del oeste que reivindican unos derechos desarrollados de manera poco conveniente, y en la parte oriental se dedican a la recuperación de algo que, como nunca existió, se inventan. Este tipo de delirios tienen efecto en estos tiempos y desde la política y la historia deberían ser rechazados».

CONFERENCIAS HISTÓRICAS / El acto de la firma estuvo unido a la presentación del ciclo de conferencias Aragón en la historia de España, que comenzará el 2 de marzo con la ponencia de Domingo Buesa El nacimiento del Reino de Aragón. A esta le seguirá, el 21 de abril, Fernando el Católico. Corona de Aragón y Corona de España, de Ángel Sesma. El 18 de mayo está programada la ponencia a cargo de Dolores Albiac, Moral civil y literatura en la Ilustración aragonesa: Ignacio de Luzán. El ciclo continuará el 16 de junio con la ponencia El conde de Aranda y la Independencia de América, que impartirá José Antonio Escudero. Carlos Forcadell intervendrá el 26 de octubre con La nación liberal y el pasado del reino de Aragón (1808-1868) y, finalmente, el presidente del Gobierno de Aragón clausurará el ciclo el 24 de noviembre con la conferencia titulada Aragón en España.