El amor como una herramienta en nuestra mano "para rayar la utopía"; la aspiración a que la realidad alcance por la amistad el nivel óptimo; los ojos cerrados que captan en el beso la intensidad del instante y el coraje de tenerlos plenamente abiertos a la vida son algunas de las propuestas que figuran en el ensayo Del amor y otras soledades (Mira Editores), presentado ayer en el Instituto Goya de Zaragoza por su autor, Antonio Aramayona.

Profesor de Filosofía en este centro, Aramayona había diseñado el acto sobre lo que llamó "las tres columnas de mi vida": la familia, representada por su hija Begoña; la enseñanza, a la que llamó su "fuente de energía" que venía de la mano de su exalumno Sergio del Molino; y "los compañeros de camino, de ideales, de trabajo", de entre los que el autor eligió a Miguel Ángel Liso, director editorial y de comunicación del Grupo Zeta.

El editor Joaquín Casanova declaró que tras haber leído el libro por obligación, "he vuelto a releerlo por devoción" y afirmó que el autor "habla del amor, y ha puesto por detrás el cariño". Ese concepto cobró intensidad en el texto que leyó Begoña, de 20 años: "Leí sus palabras con el corazón en un puño. Sentí una tormenta de sensaciones, pero una sobre todas: ¡joder, qué bonita puede ser la vida!". Ella reveló que en el texto identificaba al que "me leía aquel cuento de la cerdita que se gustaba a sí misma, incluso con hocico y rabo", y concluir que "este libro refleja lo que es mi padre: coherente, valiente, emocional, apasionado, nunca neutral ante la vida..."

Sergio del Molino calificó a Aramayona como "maestro integral, que a todos nos ha dejado tocados en la pasión por la vida". Y agregó que "no veía al instituto como una preparación para la vida, sino que enseñaba que "aquello ya era la vida". Miguel Ángel Liso retrató al Aramayona filósofo: "sereno, tranquilo, racional y estoico ante el devenir de la vida; ético, coherente y feliz contigo mismo y con la gente". El exdirector de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN celebró que hubiera escrito el libro "con los pies en la tierra, sin dejar de lado el sacrificio y el sufrimiento".