Hace tiempo que Patria (Tusquets) dejó de ser un libro para convertirse en un fenómeno. Lleva 28 ediciones. Se han vendido 600.000 ejemplares. Fue la estrella absoluta de todas las Ferias del Libro. Ha conquistado, entre otros, el Premio Nacional de Narrativa. HBO está preparando un serie basada en el libro. La editorial calcula que casi un millón de personas lo han leído.

Patria es un portento, un tsunami. Pero ¿y su autor? Como buen vasco, Fernando Aramburu no suele confesarse, ni verbalizar sus sentimientos. Autorretrato sin mí (Tusquets) es, pues, la oportunidad para conocer al autor. Un conjunto de pequeños relatos que conforman algo así como unas falsas memorias que coquetean con la poesía. Nada que ver con Patria.

Antes de escribir esta, Aramburu ya tenía en mente hacer algo más personal. Por eso, aprovechaba para escribir en folios retazos de vida: los padres, la familia, los hijos, la alegría, la angustia. Nació sin un plan de trabajo y se acaba de convertir en un libro. «Es una ventana abierta y espero que los lectores puedan reconocerse a sí mismos. Los relatos forman un dibujo personal, pero yo no explico ni dónde nací, ni dónde estudié, ni a qué partido voto. Es un autorretrato en el que deseo que los lectores también sepan encontrarse», explica Aramburu en Madrid. «No ha habido autocensura, pero sí pudor», advierte a continuación. Aramburu emigró en los años 80 a Hannóver por amor y no parece probable que regrese a España.