El Museo Arqueológico Nacional, que mañana lunes se inaugura de forma oficial y se abre al público el martes, se ha modernizado para ofrecer un recorrido didáctico por la historia de España, desde la milenaria Dama de Elche a los Reyes Católicos, pasando por el tesoro de Guarrazar o una colección única de vasos cerámicos de la Grecia clásica. El decimonónico edificio, fundado en 1867 por Isabel II, renace totalmente renovado tras seis años de trabajo y una inversión de 65 millones de euros convertido en uno de los más destacados del mundo en su ámbito, comparable al Museo Acrópolis de Atenas, el Pergamon de Berlín o el de Arqueología Mediterránea de Marsella.

Así, ahora, el visitante puede verse atrapado por la belleza de sus objetos, pero también por los sonidos, como el de la piedra que chocaba con otra para fabricar un sílex, en el principio de los tiempos.

Este es uno de los audiovisuales con los que arranca el viaje, por la Prehistoria. El director del museo, Andrés Carretero, destacaba la voluntad de dotar a la colección del museo (13.000 objetos) de un "alto contenido didáctico". De esa manera, se pretende que el visitante recorra sus salas con la "sensación de pasear y sentir el peso de la historia", señala.

Pócker de damas

En las vitrinas, con carteles para quien desee información más exhaustiva de cada pieza además de la general que abre cada una de las 40 salas, se ha optado por una diáfana selección de piezas, como la que muestra el recorrido del trabajo en bronce desde el 2.600 a.C. al Bronce Final, en torno al siglo X. Una presentación "atractiva y sintética", explica la subdirectora del MAN, Carmen Marcos, en un recorrido por el museo en el que enseguida el visitante se topa con tesoros como la Espada de Guadalajara, una de las piezas más destacadas de la Prehistoria, que enseguida da paso a un póquer de damas de la sala anexa.

La Dama de Elche se muestra en la primera planta en una amplia urna de cristal sobre un gran tapiz liso de tono cobrizo, "que cuadra bien con el color de la cerámica de la época", explica Marcos sobre la emblemática pieza de piedra caliza, datada ente los siglos V-IV a.C. En torno a esta dama de facciones perfectas, cuya oquedad en la espalda ha dado pie a diversas teorías sobre su utilización para ofrendas o como urna funeraria, se sitúan las damas de Galera, Ibiza y Baza, esta última representación de una aristócrata de la ciudad de Basti (Baza, Granada) del siglo IV a. C. Y piezas "casi picassianas" como las de los Toros de Costitx (Mallorca), del siglo V-III a.C y que llaman poderosamente la atención por la calidad de su fundido en bronce.

Las piezas en piedra, oro y bronce de los pueblos fenicios, cartagineses, tartésicos, célticos e íberos llegan hasta la Hispania romana, con esplendorosos mosaicos que fueron levantados del suelo original para ser limpiados y reinstalados a lo largo de los seis años que ha durado la rehabilitación del museo.

Entre los pocos elementos que no se han movido de su lugar original destacan los artesonados de las vecinas salas de la Edad Media y entre los que destaca La Cúpula de Torrijos, una techumbre octogonal bajo la que se dice que los Reyes Católicos firmaron sus capitulaciones.

Cerca de ella puede verse el Tesoro de Guarrazar (Toledo), uno de los conjuntos más destacados de la colección, compuesto con oro, piedras preciosas, perlas, nácar, vidrios y cristal de roca del siglo VII.

El recorrido histórico se cierra con la Edad Moderna, que incluye todo tipo de obras de arte en madera, piedra, mármol y bronce, además de objetos e instrumentos científicos como un raro ábaco neperiano de marfil y maderas finas.

Abrirse al turismo

El Museo Arqueológico quiere abrirse al turismo internacional, y para ello ha puesto en valor su colección de la Grecia clásica, en especial de vasos cerámicos, que abarcan desde el periodo micénico a la época helenística (siglos XVI a III a.C.), una de las mejores colecciones existente en Europa.

También el ala destinada a numismática con 300.000 piezas que van del siglo VI a.C. al XXI y en la que se explica a los más pequeños "la diferencia entre moneda y dinero".

La reforma del centro ha llevado a su total accesibilidad para personas discapacitadas, y en su recorrido cuenta con numerosos puntos táctiles y bucles de inducción magnética, para personas con problemas auditivos.