ATLAS, PRIMERA VÉRTEBRA

AUTOR Christian Peribáñez

EDITORIAL Olifante

PÁGINAS 70

Como la necesidad del que busca la luz dentro de la oscuridad que a veces le asola. Pero con la firmeza de las vivencias compartidas, de los colchones que vuelan y sirven como válvula de escape de todo lo que atormenta. Así, cuando uno abre Atlas, primera vértebra, el nuevo poemario de Christian Peribáñez, editado por Olifante, se enfrenta a un cúmulo de sentimientos entrecruzados que pronto convierten las vivencias en una montaña rusa. Tú envasabas las tormentas al vacío por si alguna vez me cansaba de ver llover escribe el poeta en su número 16 mientras en su poema anterior lanza un grito al mundo casi desesperado: Hombres cavando trincheras. La aleta del tiburón que nos enfila cuando, en realidad, hace tiempo que somos jugoso manjar del Leviatán.

No cabe duda que Christian Peribáñez explora los territorios de la escritura como algo terapéutico, algo que conlleva siempre un componente mucho más personal que lo que quizá un ser humano querría, pero a ello le añade el sentido de la vida, el dolor de soportar los vaivenes de una realidad que a veces se escapa. La de los últimos días de la semana (los domingos siempre esconden su amenaza, tejados hundidos por las propias piedras) o la de las catástrofes naturales, mucho más cercanas de lo que pueda parecer (Chernóbil tuvo un parque de atracciones que la gran nube borró del mapa (...) y cuentan que el grito tóxico eriza la piel de los lobos azulísimos, que en la ruina contumaz han hallado su guarida).

Quizá sea verdad, como dice en su poema 54, que nada existe hasta que no revienta o que vivamos en una aire viciado. Pero igual es mejor quedarse con el final de su 55: Nunca nadie se enganchó a mí de tal manera y ahora me arde dentro un Sol como de imperio. El de Christian Peribáñez que ha vuelto a volar con las manos heridas del espino para constatar el mundo que habita en su cuerpo y, desde luego, en su mente. Para regalar sus poemas en los días tristes que asolan el hoy que pronto será el mañana en el que tratar de huir del ayer que parece nublar la escritura del poeta.