Había tanta gente que se formaron filas y más de un centenar de personas tuvo que esperar para ver la exposición Annvs Avgvusti MMXIV el día de su inauguración en el Museo de Zaragoza. Muchos, incluso se fueron antes de pasar por entre las piezas recopiladas para la ocasión; y otros aprovecharon para descubrir las obras de Goya, las monedas o la colección de arte oriental Federico Torralba. Y es que de eso se trataba, de celebrar el bimilenario de Augusto, pero también el Día de los Museos; por lo que la consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, invitó a visitar también el Museo Pablo Serrano y la exposición de Salvador Victoria..

Miguel Beltrán, director del centro y comisario de la muestra, recordó que el Museo de Zaragoza se abrió tras años de remodelación en 1976 con una exposición de Augusto y su tiempo; y ahora, casi 40 años después, este Augusto le sirve para decir adiós, ya que se jubila a final de año. Beltrán tenía claro que lo que más iba a llamar la atención era la reproducción en yeso de la escultura de Prima Porta, el retrato y la coraza de Augusto, coloreada según la investigación de los Museos Vaticanos. Así lo aseguraron Elda Felipe y Teresa Henar, que se quejaban de que la visita había sido "muy rápida" ya que se dividieron en grupos de 40 personas que fueron pasando por entre las obras bimilenarias; así que "volveremos otro día". A Francisco Pasarín, le pareció "bien explicada", aunque a él le gustaron las monedas y el buen estado de conservación de las ánforas; lo mismo que a Gonzalo Ortiz, que destacó este tipo de iniciativas, aunque le pareció "un poco pequeña".

En este mismo sentido se manifestaron también Juan Bartolomé y Maite Porcar, que la calificaron de "interesante, aunque un poco pobre, ya que el museo en sí tiene muchos otras piezas de época romana" como los mosaicos y si "hubiera una continuidad tendría más éxito" y podrían "darle más bombo si es la actividad principal con la que Zaragoza conmemora el bimilenario". Rosa García y María Pilar Ferrer se mostraban encantadas, sobre todo con el resto de exposiciones del museo, las esculturas de Forment y las obras que muestran la evolución del románico, el gótico hacia el barroco.