AUTOPSIA

AUTOR Miguel Serrano Larraz

EDITORIAL Candaya

PÁGINAS 398

PRECIO 18u

Del mismo modo que cada una de las vivencias van moldeando las pulsiones del ser humano, Miguel Serrano las suelta sin previo aviso. Desde dentro, desde las vísceras de una realidad sangrante respirada en las últimas tres décadas en una ciudad que hoy ya casi cuesta reconocer. Así es Autopsia (Editorial Candaya), la primera novela del aragonés Miguel Serrano que llega cuatro años después de su sorprendente libro de relatos Órbita (editado también por Candaya).

No es sencillo calificar Autopsia porque quizá escapa, o más bien sobrepasa, a cualquier definición rigurosa de los géneros, aunque, eso invita a lector a volar por encima incluso de la literatura. A ponerse en la piel de un joven que escribe un primer poema que titula El día (en) que me pegaron los skinheads y del que apenas recuerda los primeros versos y el último. A recrearse con el sentimiento de culpa (o no) de un Miguel Serrano que recuerda a su compañera de colegio, Laura Buey (que va y vuelve constantemente en el libro), a la que hundió la vida por su acoso.

Autopsia es una historia de amistad, con muchas personas, entre las que se destaca Hans Castorp, ese famoso disc jockey de la escena zaragozana que triunfaba en Crónicas marcianas, pero también de cuántas decepciones (o hablando claro, puñaladas) puede estar dispuesta a soportar la amistad. Sin dejar de lado, los intensos retratos nocturnos de bares, cervezas y novias que ya no son, en los que Serrano lleva este sentimiento a una dimensión que juega con lo esperpéntico.

REDES SOCIALES Es, en definitiva, el recuerdo de una ciudad, Zaragoza, que ha ido avanzando en pos de una modernidad, y en la que se ha ido sepultando algo tan característico como, por poner un ejemplo, las tribus urbanas. Esas que un día en su juventud le dieron una paliza a Miguel Serrano. Pero también en la que han surgido fenómenos nuevos como las redes sociales. Esas que invitan a retomar el contacto con ese antiguo compañero o compañera al que a duras penas se recordará si le saluda por la calle, pero del que puedes conocer su trayectoria vital.

Todo de la mano de una escritura, la de Miguel Serrano, ágil, sin prisas, que se recrea en los detalles que convertirían cualquier historia oral en un acontecimiento impactante. Y lo hace desde la ausencia de cortapisas, desde el prisma de contar las cosas sin buscar la palabra que mejor suena, sino la que la define directamente (a veces, agresivamente). Así es Autopsia. Intensa pero reflexiva. Abierta pero con una mirada al interior. Culpabilizadora, pero, a veces, aliviadora. En definitiva, una montaña rusa de 400 páginas.