El tremendo calor anunciado para el fin de semana cerró ayer una Feria del Libro de Zaragoza que ya reclama "un nuevo modelo más dinámico, alejado del sistema pasivo de mercadillo", e incluso otro calendario. Así se expresaban ayer varios autores consultados, como Francisco Javier Aguirre, autor de El látigo del diablo : "Está terminando un ciclo --explicó--, y este sistema tiene poco o ningún porvenir".

En la mañana de ayer se desarrollaba en la carpa principal un taller de caligrafía antigua, a elegir entre carolingia e itálica. Y varios hombres ejercían allí con la plumilla. Fuera, una veintena de personas de la Tertulia Teatral de Zaragoza recitaba versos de Marinero en Tierra . Y sonaba, en pequeño comité, la rima musical de Alberti: Tan bien como yo estaría / en una huerta del mar .

Javier Aguirre abogó por trasladar la Feria a Independencia, "con la posibilidad de cerrar los fines de semana la circulación para dar cabida a múltiples actividades: diálogos, encuentros eficaces, dramatizaciones, conciertos", incluso concursos que tuvieran como tema a los libros y dando fuerza, dijo, "a la dimensión cultural".

PROPONER IDEAS

Joaquín Casanova, presidente de Copelli, la entidad organizadora de la Feria, señalaba: "Muchas veces se dice que este modelo se ha acabado, pero falta que nos den modelos nuevos. Hacemos encuestas y nadie pone nada", para agregar que "es bueno exponer los libros, porque hay timidez todavía para entrar en las librerías"

Lorenzo Mediano (300 libros firmados en los diez días) proponía un cambio de fechas para la Feria: "Si ha estado floja es por el calor". Y criticó que sea el ayuntamiento, que es el que presta las casetas, el que decide cuándo se celebra: "Madrid coge los tres fines de semana buenos y se lleva todas las casetas". El autor de Los olvidados de Filipinas ha visto surgir un libro con la misma fotografía y diseño de portada, pero en color sepia y en tapa dura, que se titula ¡Olvidad Filipinas! (Editorial Inédita), escrito por J. Moya Angler, que resulta ser primo segundo de Lorenzo Mediano.

Firmaba Javier Fernández López, el delegado del Gobierno en Aragón, ejemplares de su libro General Vicente Rojo: Mi verdad . "Me gustaría que lo leyeran esas personas mayores de derechas, a los que explicaron que los republicanos carecían de virtudes. Verían cómo era Rojo".

José Antonio Labordeta firmaba Los cuentos de San Cayetano en la misma caseta ("hace 30 años y pico, el gobernador civil me tenía de pie", bromeaba). Y respecto al clima: "O hay tormentas, o calor". En la línea de esta tierra es Aragón .

Y Fernando Jiménez Ocaña (Zócalo) indicaba que la Feria del Libro "debería regresar al mes de mayo". Y "llevarla a Independencia, donde si llega la tormenta, están los porches". Respecto del Parque Grande, Jiménez Ocaña declaró que "es bello, pero no práctico" para añadir: "Hay que querer a la feria, porque no se la ama demasiado. Y poner mucho dinero en actividades".