No se libra George Bush, pero tampoco John Kerry. No se libra Kim Jong Il, pero tampoco Hans Blix. Por no librarse no se libran ni Michael Moore, ni Alec Baldwin, ni Tim Robbins, ni Ben Affleck, ni Sean Penn. Trey Parker y Matt Stone, los dos jóvenes que destrozaron con aguda brillantez la correción política en South Park , en sus versiones para cine y televisión, han vuelto al ataque. Y lo han hecho tocando un tema como el terrorismo. La polémica está más que servida, incluso antes de que, su nuevo trabajo, Team America se estrene en EEUU, el 15 de octubre.

En esta ocasión, Parker y Stone han aparcado los lápices y se han puesto a mover los hilos en una película de acción "al más puro estilo Jerry Bruckheimer", pero con peculiaridades.

No hay actores sino sofisticadas marionetas de 55 centímetros que mueven para cada escena no menos de cinco personas. No hay escenarios naturales sino maquetas de El Cairo, París, Londres, el monte Rushmore o el canal de Panamá. Y sátira política a raudales.

SIN ARGUMENTO

Si por sus directores fuera, no se podría explicar muy bien de qué trata Team America . "No lo sabemos", confesó Stone a The New York Times durante el rodaje de esta producción de Paramount de 32 millones de dólares que acabó la semana pasada.

Pero lo cierto es que sí se puede adelantar el argumento: el Equipo América es una fuerza especial que recorre el mundo salvando a todos del terrorismo. Eso sí, en la película, tan villanos son el dictador coreano como Bush o lo más granado del Hollywood de progresismo activista.

"La gente va a salir sin saber de qué lado estamos", explica Parker. "Pero es que nosotros mismos estamos confundidos. Si ves los 40 primeros minutos pensarás que la ha escrito Moore y la ha dirigido Rob Reiner. Pero si ves los 40 últimos quizá llegues a la conclusión de que somos la mayor ultraderecha del mundo".

Que los propios directores anuncien que hay palos para todos no ha sido óbice para que se intuya que un lado recibirá más que otro. O, por lo menos, para que una de las partes se ponga a la defensiva antes de ver algo más que el tráiler.

El 1 de agosto, cuando aún se rodaba la película, la web conservadora y sensacionalista Drudge Report citaba a un "asesor de Bush" para tachar a la película de "inconsciente" por bromear con algo como el terrorismo.

Menos de una semana después, el presidente de un grupo conservador, Haz Avanzar América, criticaba a Parker y Stone en The Wall Street Journal y afirmaba que habría sido "inconcebible" hacer una película satírica sobre los nazis durante la segunda guerra mundial.

"Han malinterpretado la política de la película", se defiende el productor, Scott Rudin. "No es anti Bush. No es anti Kerry. Es anti todo el mundo". ¿Por qué conformarse con menos?