La alegría causada por los años de bonanza económica que precedieron al fatídico año 2008 hizo estragos en muchas mentes que se hicieron (y se creyeron) ricas a base de créditos bancarios. La resaca de aquellos excesos destrozó vidas, no solo por la escasez de plata, si no por la deformación de la moral de muchos hombres y mujeres que se volvieron codiciosos y cicateros. Esa es la historia que cuenta En la orilla, una obra de teatro basada en el libro con el mismo nombre de Rafael Chirbes. La función estará en el Teatro Principal hoy y mañana, a las 20.30 horas.

Adolfo Fernández, director y protagonista de la obra, presentó ayer En la orilla en Zaragoza y comentó que adaptar la novela del escritor valenciano, fallecido en 2015, le supuso un gran reto. «Nos llamaron locos porque es un texto muy barroco y con muchos personajes», dijo Fernández. Chirbes, Premio Nacional de Narrativa, está considerado uno de los mejores autores contemporáneos en castellano y en su obra se hace evidente la influencia del costumbrismo y de Pérez Galdós.

Según Fernández, el recorrido que trazan los actores por el texto de Chirbes pretende «hacer reflexionar a muchos espectadores, ya que cuando nos vemos reflejados en los personajes y vemos lo monstruos que somos, eso nos ayuda a mejorar». La obra comienza con un suceso trágico que pone en marcha toda la narración. En ese momento, Esteban, encarnado por Fernández, comienza a indagar en los motivos que le han provocado la ruina personal. Esteban, protagonista de la historia, es un carpintero arruinado que heredó el negocio y que se vio atrapado en una borágine de excesos que le llevaron a cargarse su entorno familiar, aprovechándose de sus semejantes para gastarse el dinero en vicios.

«La burbuja económica provocó que ese hombre quisiera ser como otras gentes que engordan sus cuentas corrientes a toda velocidad. Es una víctima de la codicia y para crecer arrampla con todo: se lleva por delante a sus amigos, sus ahorros, los de su familia y se transforma en otro ser. Pierde sus valores éticos y morales, y se vende a sí mismo», explicó el propio Fernández.

El resto del reparto esta conformado por los actores Ángel Solo, Sonia Almarcha, Marcial Álvarez, Rafael Calatayud, Yoima Valdés y Mariano Llorente. Entre los personajes destacables está el anciano que representa los valores tradicionales y el pantano, símbolo del inicio y el final de la vida. En la orilla ha recorrido ya más de 70 ciudades, cosechando un gran éxito entre el público y la crítica. A pesar de ello, Fernández advierte de que, como es evidente, «no es una comedia, la gente sale muy dolida y tocada».