Sanchís Sinisterra abrazó a la profesora Carmen Magallón, a la que en los años 60 dirigiera en el ´El retablo de las maravillas´ en aquel Teruel milagroso de los 60 que congregó a Labordeta, Fernández Clemente, Sanmiguel y él mismo con alumnos que se llamaban Pizarro, Carbonell, Jimenez Losantos, Tena, Trillo, Navarrete o ella misma. Por la escalera del Avempace subían alumnos y profesores a la sala de teatro. Estos llevaban desde septiembre ensayando ´Terror y miseria en el primer franquismo´, empeñados en "que no se pierda la memoria de aquello que nos marcó", como explicaban en un programa de mano.

El director escénico, Simeón Martín, invitó a ver el NO-DO, (el Urdaci de entonces, vino a decir) y exhortó a los jóvenes alumnos a "tener los ojos muy abiertos y los oídos dispuestos". Se bajaron las persianas y aparecieron las tropas de Franco entrando en Madrid y aquel parte: "En el día de hoy...". Retirada la pantalla, un profesor del año 40, abroncado por su jefe, se trompicaba con la historia reciente de España: "Vamos a poner en claro algunos de los conceptos tendenciosos y malintencionados que quedaron confusos en la última clase". Y luego, otro episodio del NO-DO (aguinaldos para la División Azul), y un sainete sobre el plato único de la posguerra. Una profesora improvisó su frívolo papel en ´El anillo´, con su compañera de baja. Y por la sala desfilaron ayer presidiarias maltratadas y solas, el miedo de un ´topo´ escondido en su casa y una mirada corrosiva sobre el Opus Dei. Pocas veces se habrá visto tanta seriedad en el salón de actos de un instituto.