El guitarrista Marcel Bagés, quien junto a María Arnal actúa esta tarde en el monasterio de Veruela (19.30 horas), sostiene que la tradición oral, aquella que pertenece a todos y de la que bebe su música, les ha enseñado a «cantar sin complejos».

La música popular, y su riqueza, conforma precisamente la esencia de su primer álbum, 45 cerebros y un corazón. Canciones que, a la vez que suenan diferentes, resultan también familiares para quienes las escuchan, debido a los ecos de una tradición oral que han sabido mezclar con maestría con los sonidos más contemporáneos.

«Esa cultura y esos cantes es algo que compartimos», indica Bagés. Y es por ello por lo que el dúo se ha sentido legitimado para intervenir sonidos folclóricos que «pertenecen a todos». Los han hecho propios, apunta Bagés. Pero hay más, «la música de la tradición oral nos ha enseñado a cantar sin complejos».

Con esta propuesta se han convertido en uno de los acontecimientos musicales en un momento en el que la música tiende a «homogeneizarse», en los «estilos y en los discursos». No solo su música rompe con esa tendencia, también sus letras. El título de su álbum hace referencia a una fosa común de la guerra civil y da pie a hablar de la polémica de la memoria histórica. «Creo que cuando haya una regeneración política las cosas cambiarán», apunta Bagés, quien pone su esperanza en las nuevas generaciones: «La gente que no ha nacido en el franquismo no tiene complejos para cuestionarse por qué tenemos un rey o eso de la Transición que nos han vendido como algo tan bonito».