INTERPRETES: Orquesta Sinfónica de Kaliningrado, Arkadi Feldman

LUGAR: Sala Mozart del Auditorio

FECHA: Domingo, 28 de marzo

ASISTENCIA: Lleno

La vigésimocuarta edición del ciclo Introducción a la Música llegó ayer a su fin con una Novena de Beethoven para intentar sacar del frío a una mañana poco primaveral. Como parte de los intérpretes eran conocidos, las expectativas eran limitadas, aunque Beethoven siempre apetezca.

La escasez presupuestaria de estas matinales es notoria y nadie espera tener intérpretes de relumbrón en muchas sesiones. La de la semana pasada fue, por ejemplo, de un amateurismo inaguantable. Lo que fastidiaba ayer era que músicos con niveles técnicos apreciables se despachen un concierto con tal falta de seriedad. Los tiempos andan muy difíciles por la extinta Unión Soviética y, digo yo, la Sinfónica de Kaliningrado se tiene que conformar con un par de timbales de sonido feísimo. Pero que el timbalero se desmadre en casi todos los tutti es culpa suya y, sobre todo, del director. Que no se molesten en traer el triángulo o el flautín es pura dejadez. Que el Coro Ruso de Saratov necesite a su directora (de espaldas al maestro Feldman, por cierto) para recordarles sus entradas, a la vez que ignoran olímpicamente al director es chocante. Como lo es su disposición ajedrezada, alternando voces. En cambio, que el coro no haga ni un solo matiz es simple falta de profesionalidad.

Las interpretaciones, tanto en la sinfonía como en la Obertura Leonora III que la precedió, fueron discutibles. Feldman llevó el Adagio más bien rápido, dando un respiro a las maderas, pero provocando errores continuos del primer trompa, incapaz de seguir el tiempo. Igual les pasó a los cuatro solistas en el Finale . Un puro anticlímax.