Italia, finales de los años 50, días interminables, mañanas de playa y sol, noches insomnes en fiestas bohemias, escapadas en barco y una obsesión, la del oscuro Tom Ripley por el playboy multimillonario Dicky Greenleaf. Una fantástica adaptación de la novela de Patricia Highsmith que brindó a Alain Delon una de sus interpretaciones más icónicas por su capacidad para desplegar ambigüedad y magnetismo en una película sobre cómo el deseo reprimido, el odio de clase y la ambición conducen al asesinato.