Un ejemplar hasta ahora en paradero desconocido de Cancionero de Zaragoza de 1942 de fray Íñigo de Mendoza y otros doce incunables, ediciones de libro hechas entre la invención de la imprenta y los comienzos del siglo XVI, se incorporan a la colección de la Biblioteca Nacional.

Los trece libros se encontraban hasta el momento en manos privadas y de la mayoría de ellos no existía ningún ejemplar en bibliotecas españolas, según informó ayer la Biblioteca Nacional.

La obra de Íñigo de Mendoza es valiosa no solo porque ha sido objeto de una larga búsqueda por parte de los especialistas, sino también porque fue impresa en 1492 en una de las imprentas incunables más destacadas de España por la cantidad de obras producidas, la de Pablo Hurus en Zaragoza.

Junto a este Cancionero, se incorpora una biblia latina impresa en Colonia alrededor de 1475, un ejemplar de la obra de Tito Livio, Ab Urbe condita de 1491 y otro de las Comedias de Terencio de 1477, entro otros.

La Biblioteca Nacional cuenta actualmente con una colección de alrededor de 3.100 ejemplares de este periodo.