La Biblioteca Nacional ha celebrado un acto de recuerdo y homenaje a la filóloga, lexicógrafa y bibliotecaria aragonesa, María Moliner (Paniza, 1900-Madrid (1981), coincidiendo con el 40 aniversario de su fallecimiento.

En el acto, en el que han participado la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, también ha contado con la presencia de la presidenta del Patronato de la Biblioteca Nacional, la también aragonesa Soledad Puértolas, y el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado.

Precisamente, Muñoz Machado ha reivindicaado la figura de Moliner rescatando una antigua crítica a su institución. «Cada vez que me preguntan por ella es por algo relacionado a que no entró en la Academia. Pero era la cultura de la época: la RAE no es la culpable de la discriminación de mujeres sabias», ha lamentado.

En cualquier caso, el director de la RAE ha reconocido que esa «discriminación» se dio, en la «tradición de no aceptar mujeres» en determinadas instituciones. «Entonces estaba vivo el antifeminismo y la academia no es la culpable de ese machismo recalcitrante», ha recordado.

Muñoz Machado ha puesto en valor la ingente labor de Moliner en torno a la creación de su diccionario, capaz de «competir» con el de la RAE. «Quería competir y lo hizo formidablemente, aunque no fuese una obra técnica perfecta --un diccionario nunca acaba de hacerse--. Lo hizo sola y compitiendo contra todos los académicos: es de un enorme mérito y merecía entrar en la RAE», ha apuntado Muñoz Machado.

En el homenaje se ensalzó la figura de Moliner, tanto en su faceta como bibliotecaria como en su labor como creadora de un diccionario. María de Moliner, con afinidad republicana, vio truncado su proyecto de sistema bibliotecario por la Guerra Civil. A la conclusión del conflicto, fue degradada y centró sus esfuerzos en el diccionario.

Carmen Calvo ha celebrado este homenaje en la Biblioteca Nacional Española a «la inmensa aportación» de esta mujer «al idioma», así como al trabajo que ha realizado en «todas las bibliotecas pequeñas» del país «en las misiones pedagógicas de la II República». La vicepresidenta también se ha comprometido a proteger la memoria de «las grandes mujeres de España» cuyas aportaciones suponen un «manifiesto» de que «la igualdad es una realidad que el machismo sigue negando en la historia». «Esta es la mejor manera de hablar de la igualdad», declaró y ha proseguido: «Estamos ante una deuda inmensa con doña María Moliner, no solo por su labor poliédrica con la elaboración de su diccionario y su contribución a las bibliotecas sino también por ser parte de un grupo de mujeres que a lo largo de la historia de España nos han representado a todas las demás».