El Teatro Arnau de Barcelona mantiene sus puertas cerradas desde el año 2000. Bigas Luna, que es director artístico del resucitado cabaret El Plata de Zaragoza, tiene la mirada puesta en el emblemático local del Paralelo, que se encuentra en manos del Ayuntamiento de Barcelona que ya ha iniciado el proceso de expropiación. La propuesta del cineasta es restaurar el deteriorado edificio para devolverle la atmósfera de "lujuria" de sus mejores años y confeccionar un espectáculo con vedettes, cuplés picantes, travestis, estriptís y ópera en la misma onda que el que se representa tres veces al día en El Plata.

Tras su cierre, el Arnau fue adquirido por la Iglesia Evangélica China. El Ayuntamiento ha aprobado ahora las medidas que permitirán reabrir las salas más emblemáticas del Paralelo. Además del Arnau, destacan El Molino y el antiguo Teatro Español, que acogió a Studio 54. El objetivo es reactivar la oferta cultural de esta avenida que, como antaño, quiere ser un referente en la oferta de ocio nocturno y teatral de la ciudad condal. Estos locales reforzarán una constelación en la que ya brillan el Condal, el Apolo y el Victoria.

Joaquina Laguna es la empresaria que impulsó la remodelación de El Plata, que, para mantener su estructura original, requirió de 12 años de obras. Además, Laguna también es de origen catalán. "La casa se nos caía. Todo fue complicadísimo. Por no haber, no había ni salida de incendios", recuerda Laguna. Ella se ha reunido esta semana con técnicos del Ayuntamiento de Barcelona para mostrar la propuesta del director de películas como Lola para que el Arnau genere la misma expectación que logra su local ubicado en el concurrido Tubo de Zaragoza, cuyo éxito tras su apertura después de más de una década cerrado, es total.

En El Plata no se paga entrada pero tampoco se aceptan reservas. Lo que provoca largas colas antes de cada función. "Es un trabajo humano y, sobre todo, muy reconfortante ver que el público disfruta y los artistas también. Hay mucha vida, mucha energía en el espectáculo diseñado por Bigas", dice Laguna.

Para el director, al cabaret le precede una tradición muy afrancesada o alemana o de sátira política. "Pensé que sería un buen concepto inventarse el cabaret ibérico". En ese contexto, hay jotas, cierta ternura, ironía, desinhibición y desenfado. También mujeres desnudándose encima de la barra, estripers masculinos jugando con su falda escocesa, un robusto señor disfrazado de Pantoja y las entregadas vedettes Marga Castillo y Mary de Lis, que cerraron El Plata en 1992 cantando La chica del 17, el mismo pegadizo cuplé con el que siguen levantando a la platea. "Hay muchas mesas de mujeres. Ese es el principal cambio con el viejo Plata", coinciden Bigas y Laguna.