E l Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibe por primera vez al público tres retratos inéditos realizados por Francisco de Goya a finales de la década de 1780 y propiedad de la noble y acaudalada familia vizcaína Adán de Yarza.

Los tres cuadros, de los que se tenía noticia por una mención que hizo en 1917 el historiador del arte Aureliano de Beruete en un estudio dedicado a la obra de Goya, y por las fotografías que de ellos se publicaron en la revista Blanco y Negro de ABC en 1930, fueron presentados ayer en una conferencia de prensa por el director de la pinacoteca, Miguel Zugaza.

Los cuadros, que solo habían podido ser disfrutados por la familia propietaria y su círculo más próximo de amistades, representan, de forma individual, al matrimonio formado por Antonio Adán de Yarza y Tavira y María Ramona de Barbachano, y a la madre del esposo, Bernarda de Tavira y Cerón Cuevas, viuda de Fernando Adán de Yarza.

Los retratos fueron pintados en Madrid por Goya, cuya autoría ha quedado totalmente confirmada por el estudio realizado, a finales de la década de 1780.

Los óleos estuvieron colgados desde 1794 en los salones de la casa solariega de los Adán de Yarza, a la que en ese año regresaron de Madrid los jóvenes esposos, el Palacio de Zubieta. Los tres retratos fueron evacuados de la casa familiar en 1937 por orden del departamento de Cultura del Gobierno Vasco, dirigido por el que luego fuera lehendakari en el exilio, Jesús María Leizaola, ante el avance sobre tierras vizcaínas de las tropas sublevadas de Franco. Trasladados a Bayona, fueron entregados en la ciudad francesa a su legítima propietaria, María Adán de Yarza, quien se había refugiado en ella y quien falleció en 1947.

Los herederos de María Adán de Yarza y actuales propietarios de las obras, la familia del Marqués del Socorro, José María Solano-Gil Delgado, ya fallecido conservaron las obras en un lugar seguro, no desvelado, fuera de España.

Tras tener conocimiento de la existencia de estos retratos, la especialista británica en Goya, Juliete Wilson-Bareau, a inicios de los años 90 localizó y pudo ver las obras. Desde entonces intentó convencer a sus propietarios para que las retornasen a España, lo que finalmente logró, en colaboración con los responsables del Bellas Artes de Bilbao, a finales de 2017, cuando, en diciembre, se enviaron los cuadros a la pinacoteca para su minucioso estudio y restauración.