Donde va, arrasa. Así es David Bisbal desde que salió de la televisiva academia de Operación Triunfo . Y ayer volvió a demostrarlo en el Carrefour Actur de Zaragoza, donde estuvo firmando ejemplares de su último trabajo discográfico, Bulería . El almeriense tiene un río no, un océano de fans, y ayer, como el tiempo acompañó, pues se congregaron en la explanada del párking de Carrefour más de 4.000 de ellos para rendir pleitesía al chico de los rizos de oro.

Y entre los fans, abrumadora, aunque no total, presencia femenina, y dentro de este grupo mayoritario, abrumadora también, aunque tampoco total, presencia de quinceañeras . Blandiendo carteles y con la cara pintada muchas de ellas, las jóvenes esperaron, pacientes, a la llegada de su ídolo musical, que llegaría, puntual como un reloj, a su cita con quienes, a fin de cuentas, le otorgan la fama. Muy simpático y elocuente, Bisbal, ataviado con una camiseta gris ceñida y unos pantalones vaqueros, comenzó su titánico reto de firmar discos (desde la palestra donde se sentó se podía observar una fila de ésas que deprimen si te toca estar el último) mientras alternaba firmas y sonrisas con fugaces episodios de despliegue de voz, cantando, como si de un playback o un curioso karaoke se tratara, fragmentos de sus propios temas que sonaban por toda la explanada.

FILA LENTA

Lejos del puesto de firmas donde Bisbal trabajaba duro y apenas podía levantar la vista (aunque cuando la levantó tuvo un bonito gesto y bajó, espontáneamente, para repartir besos, abrazos y autógrafos a numerosos niños disminuidos que se encontraban en primera fila), los fans comenzaban a impacientarse por la lentitud de la fila. Como Eva, Gabriela, Carolina, Elena, Verónica, Miguel y Martín, de 14 años todos ellos, y que se encontraban unas 2.000 personas alejadas del almeriense. "Esto es muy lento", se quejaron casi a la vez. "Es que llevamos aquí desde las seis y parece que no nos hemos movido del sitio", afirmaban. Pero, dentro de este sentimiento, Verónica dejó claras sus intenciones: "De todos modos, aunque tenga que quedarme hasta las doce de la noche, de aquí no me muevo. No he venido para nada, y yo, hasta que me firme el disco --apuntaba mientras lo blandía en el aire como si fuese un estandarte-- no me voy a ninguna parte".

Un poco más cerca de su cantante favorito se encontraba María, de 46 años, y su hija Miriam, de 12. "Hemos venido aquí porque a mi hija le encanta Bisbal --afirmaba María-- y oye, por qué no te lo voy a decir, a mí también me gusta cómo canta el chaval". Y así, más de 4.000 casos diferentes de fans que por una u otra razón, se dieron cita para ver de cerca al novio de la también fenómeno de masas Chenoa.

Y tranquilidad para todos aquellos que ayer no pudieron acercarse a Carrefour Actur para disfrutar de su cantante favorito, porque Bisbal se dejará ver más veces por tierras aragonesas, cuatro para ser exactos. El 19 de junio estará en Zaragoza, en el Pabellón Príncipe Felipe; el 31 de julio estará en el campo de fúbol de Alcoraz, en Huesca; posteriormente visitará Teruel, el 6 de julio, en la carpa Dinópolis, y finalizará su tour aragonés en el campo de fútbol de Tarazona.