Cuatro décadas después de que se realizara la última intervención, el Ayuntamiento de Borja volverá a trabajar en el antiguo oppidum del yacimiento de Bursau, situado en El Cerro del Esquilar. Así lo anunció el consistorio en la presentación pública del proyecto que se realizó ayer en el Auditorio de Santo Domingo de Borja y al que asistió también parte de la dirección del proyecto liderado por Óscar Bonilla, Begoña Serrano y Ángel Santos.

Allí, en el yacimiento, se realizará un sondeo de 6 x 4 metros (24 metros cuadrados) paralelo a las intervenciones que tuvieron lugar en 1978 y 1979, con el fin de poder aportar más datos que permitan conocer la ordenación urbanística de la antigua ciudad celtibérica de Bursau.

DETERIORO DEL TIEMPO

El yacimiento se encuentra al aire libre y el principal problema al que se enfrenta es el deterioro producido por los agentes atmosféricos tras casi 40 años a la intemperie. De hecho, el equipo señaló que es inminente su destrucción si no se acomete una consolidación urgente. Por eso, las labores de conservación y restauración que se plantean están encaminadas a asegurar la pervivencia y conservación de las estructuras, ralentizando el proceso de deterioro en la medida de lo posible.

Para el consistorio, los objetivos de esta actuación (auspiciada junto al Centro de Estudios Borjanos) se dividen en dos grupos: los científicos y los divulgativos. Así, al mismo tiempo que son importantes los trabajos para ampliar la información sobre los orígenes de Borja y para volver a incluir al yacimiento en el circuito académico (se contará para los trabajos con alumnos de distintas universidades), este proyecto tiene el objetivo de hacer partícipe a toda la población del mismo para la concienciación en la conservación del patrimonio. Se trata por lo tanto de una actuación importante tanto para la localidad como para la comarca en busca de sus raíces.

A lo largo de los últimos 40 años, aun así, en Borja sí que ha habido diversas intervenciones arqueológicas entre las que destacan las llevadas a cabo por el Centro de Estudios Borjanos en el Cerro del Esquilar bajo la tutela de Isidro Aguilera, Ignacio Royo y Juan Paz.